Corona de Castilla

Corona de Castilla en España en España

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Introducción a la Corona de Castilla

Estado formado originariamente con la unión definitiva (1230), bajo Fernando III, de los reinos de León (con el antiguo reino de Galicia) y de Castilla (con la tierra de Guipúzcoa y la ciudad de Vitoria) y el conjunto de territorios conquistados a los musulmanes por ambos reinos: el reino de Toledo (1085) y Extremadura (1229-30).

La corona amplió pronto sus territorios con la conquista de los llamados reinos de Córdoba (1236), de Murcia (1243), de Jaén (1246), de Sevilla (1248) y de Niebla (1262), y posteriormente, los de Tarifa (en 1292), de Gibraltar (1309), de Algeciras (1.344) y de Granada (1492). Incorporó también el condado de Álava (1200, 1332), la señoría de Vizcaya (1379) y el reino de Navarra (1515), así como las plazas africanas de Melilla (1497) y el Peñón de los Vélez de La Gomera (1508), las islas Canarias (1500) y los territorios de las Indias Occidentales (1492). Jurídicamente, la corona de Castilla desapareció con las primeras tentativas constitucionales (Bayona, 1808, y Cádiz, 1812) y, definitivamente, después de 1834 y con la Constitución de 1837.

Corona de Castilla: Antecedentes Histórico-Legislativos

Está disponible toda la legislación promulgada en España, en su texto original, en la recopilación legislativa histórica de la plataforma sobre leyes españolas.

Constitución, Gobierno, Derechos y Patrimonio Real en la Legislación Histórica de España

Para una aproximación histórica, y en relación con Corona en la legislación histórica, véase también las entradas publicadas sobre Constitución, Gobierno, Derechos y Patrimonio Real en esta enciclopedia jurídica española.

Contexto histórico de Corona de Castilla

Véase información, asimismo, sobre la evolución de la legislación y las iniciativas regulatorias que han afectado a Corona de Castilla a lo largo de la historia española.

Corona de Castilla (Historia)

Corona de Castilla, expresión que se refiere a los distintos territorios (en la actualidad pertenecientes a España) que se encontraban bajo la soberanía de los monarcas castellano-leoneses desde que en 1230 se produjo la definitiva unificación de los reinos de Castilla y de León. En ese año, Fernando III, rey de Castilla desde 1217, se convirtió también en rey de León, tras la renuncia de los derechos al trono por parte de sus hermanastras Sancha y Dulce. El concepto historiográfico al que hace referencia la expresión ‘Corona de Castilla’ suele considerarse cronológicamente finalizado en 1516, cuando el rey Carlos I (emperador desde 1519 con el nombre de Carlos V), accedió tanto al trono castellano como al aragonés, o bien en 1556, año en el cual el hijo de aquél, Felipe II, heredó ambas coronas. [1]

Corona de Castilla: La cultura (Historia)

La Iglesia en la Corona de Castilla, como en toda la cristiandad occidental, atravesaba a finales de la edad media por una profunda crisis que hacía necesaria una reforma en todos los niveles. En el terreno cultural cabe reseñar el nacimiento de la prosa castellana, gracias a la labor realizada por Alfonso X y sus colaboradores, y el surgimiento de las universidades. La vida intelectual siguió siendo patrimonio de los eclesiásticos, pero en el siglo XV se anunciaban ya las corrientes humanistas. Desde el punto de vista artístico, Castilla se vinculó al mundo flamenco y francés.

La sociedad y la economía en la corona de Castilla (Historia)

La guerra, casi permanente, no fue el único exponente de la crisis del siglo XIV. A lo largo de toda la centuria se produjeron graves crisis demográficas motivadas por mortandades provocadas por el hambre y las epidemias. La más grave fue la peste negra que afectó a las tierras de la Corona de Castilla entre 1349 y 1350. Desde entonces se produjeron nuevos brotes de pestilencia que, aunque tuvieron un carácter más local, impidieron la recuperación demográfica. Sería a partir del siglo XV cuando la población comenzaría de nuevo una etapa de crecimiento hasta alcanzar las cotas anteriores a la crisis.

La depresión del siglo XIV afectó especialmente al campo. Hubo años en los que las cosechas se arruinaron por las malas condiciones climáticas, muchas tierras dejaron de cultivarse y numerosas aldeas se despoblaron, entre otros motivos, por el retroceso demográfico. En estas condiciones, los precios de los productos agrarios se estancaron, aunque en las épocas de carestía ascendieran vertiginosamente, y las rentas señoriales se hundieron. En contraste, durante el siglo XV se produjo una reconstrucción del campo, manifiesta en las nuevas roturaciones, la organización del terrazgo en hojas de cultivo y en la creciente especialización de la producción agrícola con vistas a los mercados urbanos y al comercio internacional. Desde el punto de vista social, la propiedad de la tierra tendió a concentrarse en manos de los poderosos. La nobleza además convirtió sus patrimonios en mayorazgos, que se transmitían indivisos a sus herederos, para evitar la disgregación de sus bienes y asegurar la continuidad de los linajes. Los campesinos, sin embargo, salieron más sometidos de la crisis y redujeron su dominio útil sobre la tierra al imponérseles contratos de arrendamiento a corto plazo.

La política pronobiliaria y el proceso de aristocratización de Castilla fueron decisivos en el afianzamiento de la economía ganadera. Los ganaderos, entre los que destacaban los nobles y los establecimientos eclesiásticos, contaban con una poderosa institución que defendía sus intereses, el Honrado Concejo de la Mesta, creado por Alfonso X en 1272. Las condiciones del siglo XIV favorecieron el desarrollo de esta actividad, que requería poca mano de obra y amplios espacios baldíos. El resultado fue un incremento espectacular de la cabaña ganadera. Asimismo, la ruptura de Flandes con Inglaterra a principios de esta centuria posibilitó que Castilla se convirtiera en la principal suministradora de lana para los telares flamencos. En esta coyuntura, los grandes propietarios de ganado se decantaron definitivamente por el comercio de exportación de lana. Los reyes apoyaron decididamente el desarrollo de la trashumancia, de la que obtenían ingresos muy sustanciosos, otorgaron numerosos privilegios a la Mesta y respaldaron la orientación comercial de la producción lanera. En estas condiciones, las posibilidades de desarrollo de la industria textil castellana fueron limitadas. Con todo, durante el siglo XV se observa un crecimiento claro de esta actividad, especialmente en las ciudades meridionales (Toledo, Cuenca, Córdoba, Sevilla o Murcia), donde se fabricaban tejidos de calidad destinados a las clases acomodadas y a la exportación.

Castilla se convirtió en estos siglos en exportadora de materias primas, especialmente de lanas, e importadora de productos manufacturados. Su posición estratégica en las nuevas corrientes del comercio internacional y la alianza con Francia le permitieron ejercer una auténtica hegemonía marítima en el canal de la Mancha y en la ruta de Flandes. El eje de esta actividad se localizó entre Burgos, centro de contratación de lanas, y el sector oriental del mar Cantábrico. A finales del siglo XIII se formó la Hermandad de los Marinos de Castilla, que aglutinaba a diversos puertos de la costa cantábrica, sobre los que acabaría imponiéndose el de Bilbao. Otro foco importante de actividad económica se localizaba en torno a Sevilla y la costa atlántica de Cádiz. Los genoveses asentados en Andalucía fueron los impulsores de este comercio orientado principalmente hacia África, donde obtenían oro y esclavos. El desarrollo de las actividades bancarias y de las ferias fueron asimismo decisivos en la expansión de los intercambios.

Los cambios operados en estos siglos favorecieron la consolidación de la clase señorial en el medio rural y de la aristocracia urbana en las ciudades. Con el advenimiento de la Casa de Trastámara se produjo una auténtica renovación en los cuadros de la nobleza. Los viejos linajes fueron sustituidos por nuevas familias de origen más modesto, que ascendieron gracias a su apoyo a Enrique de Trastámara. Los nuevos linajes se convirtieron en titulares de grandes señoríos y ostentaron los principales cargos en la gobernación del reino. El medio urbano presentaba una polarización social acusada entre la aristocracia, constituida por caballeros y burgueses, y las clases populares. Desde mediados del siglo XIV, con la introducción del sistema del regimiento a cargo de Alfonso XI, se formaron auténticas oligarquías que monopolizaban el poder político local. Los regidores, designados por el rey con carácter vitalicio, pertenecían a las familias más acomodadas de las ciudades, las mismas que asumieron la representación de las villas y ciudades en las Cortes. Las comunidades no cristianas vivieron momentos muy difíciles en el ocaso de la edad media, especialmente los judíos. La crisis favoreció el estallido de la violencia, y las matanzas de 1391 motivaron que muchos hebreos optaran por el abandono de su religión como medio de supervivencia. Esa actitud, sin embargo, no resolvió el problema. En el siglo XV la hostilidad se proyectó contra los judeoconversos, a los que se veía como falsos cristianos y auténticos advenedizos. [2]

Batalla de Río Salado

Batalla de Río Salado, (30 de octubre de 1340), batalla librada por las fuerzas cristianas aliadas castellanas y portuguesas contra la Marīnids musulmana del norte de África en un intento final por parte de esta última de invadir la Península Ibérica. La batalla, que interrumpió una serie de disputas entre castellanos y portugueses por el trono y los derechos territoriales, representó la alianza final de ambos para repeler a los invasores moriscos. Permitió, tras muchos esfuerzos y la intervención de varios soberanos castellanos y sus alidados, la conquista del Reino de Granada.

Autor: Black

Consideraciones Jurídicas y/o Políticas

Corona de Castilla

Recursos

Notas y Referencias

  1. Información sobre corona de castilla de la Enciclopedia Encarta
  2. Información sobre corona de castilla la sociedad y la economia en la corona de castilla de la Enciclopedia Encarta

Véase También

  • Gobernación
  • Corona
  • Constitución
  • Gobierno
  • Derechos Monárquicos
  • Patrimonio Real

Bibliografía

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