<\/span><\/h3>\nLos Cien Mil Hijos de San Luis al invadir Espa\u00f1a en 1823 y chocar con la primera resistencia creyeron que, en vez de cruzar el Bidasoa, hab\u00edan entrado en un t\u00fanel del tiempo. Como si fantasmas del pasado hubieran acudido a defender la Revoluci\u00f3n, la primera unidad que combati\u00f3 a los invasores era de granaderos de la Vieja Guardia de Napole\u00f3n, con sus famosos gorros de pelo y la bandera tricolor de la Rep\u00fablica Francesa. En realidad se trataba de un pu\u00f1ado de exilados franceses e italianos de los muchos miles que se hab\u00edan refugiado en Espa\u00f1a y tomado armas para combatir la reacci\u00f3n.<\/p>\n
Las Cortes hab\u00edan promulgado una ley en 1820 haciendo de Espa\u00f1a \u201casilo inviolable\u201d para los \u201cperseguidos por opiniones pol\u00edticas\u201d. Durante el siglo XIX y buena parte del XX Espa\u00f1a export\u00f3 exilados pol\u00edticos, pero en el breve periodo del Trienio Liberal fue al rev\u00e9s, acogi\u00f3 a millares de refugiados ideol\u00f3gicos. En el n\u00famero anterior (1.739) vimos c\u00f3mo la Revoluci\u00f3n Espa\u00f1ola provoc\u00f3 la emulaci\u00f3n en Europa, pero tanto las revoluciones de Italia como los pronunciamientos en Francia fracasaron, y sus protagonistas buscaron en Espa\u00f1a el refugio y la esperanza de volver a intentarlo.<\/p>\n
Quinientos pasaportes para militares revolucionarios piamonteses expidi\u00f3 el c\u00f3nsul espa\u00f1ol en G\u00e9nova, por citar un ejemplo concreto, cuando el Ej\u00e9rcito austriaco cumpli\u00f3 en Italia el mismo papel que los Cien Mil Hijos de San Luis en Espa\u00f1a. De N\u00e1poles fueron millares los huidos que se acogieron a la ley de asilo espa\u00f1ola, incluido el famoso general Guglielmo Pepe, que ya hab\u00eda estado en Espa\u00f1a como invasor con Jos\u00e9 I, pero que ahora se acog\u00eda a la protecci\u00f3n de las Cortes para continuar una actividad revolucionaria que le llevar\u00eda a ser una de las figuras del Risorgimento italiano.<\/p>\n
\u00bfY qu\u00e9 decir de Francia? Del vecino pa\u00eds llegaba una oleada de exilados cada vez que fracasaba un pronunciamiento a la espa\u00f1ola, o una conspiraci\u00f3n liberal, republicana o bonapartista. Ya a mediados de 1820 hab\u00eda venido a Madrid una delegaci\u00f3n de la Carboner\u00eda francesa, la sociedad secreta revolucionaria, para pedir a las Cortes ayuda en sus proyectos insurreccionales, porque una caracter\u00edstica de los refugiados galos era que, dada la vecindad de los pa\u00edses, no buscaban solamente asilo, sino una base desde la que actuar contra la monarqu\u00eda de Francia.<\/p>\n
El ministro del Interior franc\u00e9s inform\u00f3 a los prefectos (gobernadores) de todos los departamentos meridionales de una posible invasi\u00f3n desde Espa\u00f1a, en julio de 1822. No eran fantas\u00edas, exist\u00eda un plan republicano-bonapartista
\n \u2013Napole\u00f3n acababa de fallecer\u2013 para cruzar los Pirineos y marchar sobre Par\u00eds, con la esperanza de que las guarniciones militares se les fueran uniendo, movidas por el deseo de libertad y por la nostalgia de las grandezas de la \u00e9poca napole\u00f3nica, como hab\u00eda sucedido en los Cien D\u00edas, cuando Napole\u00f3n desembarc\u00f3 en Provenza con un pu\u00f1ado de hombres y ten\u00eda tras de s\u00ed a todo el Ej\u00e9rcito franc\u00e9s al llegar a Par\u00eds.<\/p>\n