<\/span><\/h3>\nLa aportaci\u00f3n de aragoneses a la nobleza contempor\u00e1nea espa\u00f1ola constituye una n\u00f3mina no muy numerosa, reflejo quiz\u00e1s del secundario papel aragon\u00e9s desarrollado durante estos dos siglos en el \u00e1mbito estatal. Podemos distinguir, fundamentalmente, dos \u00e9pocas en la concesi\u00f3n de t\u00edtulos nobiliarios: el reinado isabelino (1833-1868) y la \u00e9poca de la Restauraci\u00f3n (1874-1931). Durante el primer per\u00edodo destaca, entre otros, la concesi\u00f3n en 1838 de la baron\u00eda de la Joyosa, as\u00ed como la concesi\u00f3n en 1848 del despacho de duque de Zaragoza, por el que se conced\u00eda la grandeza de Espa\u00f1a a los herederos del capit\u00e1n general de Arag\u00f3n Jos\u00e9 Rebolledo de Palafox y Melzi.<\/p>\n[Grandezas de Espa\u00f1a Aragonesas: Las grandezas de Espa\u00f1a como t\u00edtulo espa\u00f1ol se origina en 1520 por Carlos I en Aquisgr\u00e1n, con ocasi\u00f3n de su coronaci\u00f3n como emperador de Alemania. El rey les tratar\u00e1 de \u00abprimos\u00bb (el resto de la nobleza s\u00f3lo tendr\u00e1 el tratamiento de \u00abparientes\u00bb). El rey ordenar\u00e1 a los grandes de primera categor\u00eda (los anteriores a 1520) el privilegio de cubrirse antes de hablarle. Los grandes de segunda categor\u00eda, creados despu\u00e9s de 1520, se cubr\u00edan despu\u00e9s de haber hablado al rey. Muy parca la corona en reconocimiento de grandezas de Espa\u00f1a a t\u00edtulos aragoneses: en Cortes de Monz\u00f3n, Carlos I, en 1528, concedi\u00f3 la grandeza a ocho casas nobles aragonesas: las de Ribagorza, S\u00e1stago, Illueca, Ricla, Aranda Buscar voz…, Belchite, Fuentes Buscar voz… y Castro. Esta parquedad que contrasta con las grandezas concedidas a veinte casas de Castilla, se mantendr\u00e1 en sucesivas concesiones: as\u00ed, de setenta y dos marquesados espa\u00f1oles que ostentan grandeza, solamente ocho son aragoneses y no menos reducido es el n\u00famero de las otorgadas a condes aragoneses.<\/p>\n
Los marquesados aragoneses con grandeza son por orden cronol\u00f3gico de concesi\u00f3n: 1640, Camarasa, 1679, Campo Real; 1708, Coscojuela de Fantoba, 1721, Ariza; 1779, Ayerbe, 1875, Torrecilla, 1876, Roncali, y 1883, B\u00e1rboles. Los condados aragoneses con grandeza son: 1626, Aranda, 1707, Plasencia; 1708, Fuentes, 1723, Fuenclara, 1725, Atar\u00e9s; 1726, S\u00e1stago, 1834, Samitier, 1857, Del Real; 1872, Santa Engracia; 1910, La Vi\u00f1aza, y 1911, Alcubierre.]\n
De transici\u00f3n, siguiendo este esquema, podemos considerar, los nombramientos durante el reinado de Amadeo I del conde de la Vi\u00f1aza (1872) a M. Mu\u00f1oz y del marquesado de Arlanza (1874) a Francisco J. Higuera, capit\u00e1n de infanter\u00eda, diputado y senador.<\/p>\n
Durante la Restauraci\u00f3n, la lista se ampl\u00eda notablemente. Alfonso XII concede al diplom\u00e1tico Fernando Jord\u00e1n de Urri\u00e9s, hijo de los marqueses de Ayerbe, el marquesado de Novallas. La regente Mar\u00eda Cristina concede en 1890 el marquesado de La Cadena a Mar\u00eda del Carmen Pratos\u00ed, esposa del abogado y pol\u00edtico conservador Ram\u00f3n de Lacadena y Lalaguna. En 1892, a otro hijo de los marqueses de Ayerbe, Jos\u00e9 Jord\u00e1n de Urri\u00e9s, el marquesado de Velilla de Ebro, y el vizcondado de Esp\u00e9s al hijo de los barones de Mora, el abogado Jes\u00fas Luis Franco de Esp\u00e9s. En 1898, concede el condado de Gabarda al coronel de caballer\u00eda Jos\u00e9 Cavero y Cavero, nieto de los condes de Sobradiel. Ya en el siglo XX, Alfonso XIII nombr\u00f3 vizconde de Escoriaza al importante empresario ferroviario (existen varios acuerdos multilaterales internacionales bajo el auspicio de las Naciones Unidos en este \u00e1mbito: Convenio internacional para facilitar el paso de fronteras a pasajeros y equipajes transportados por ferrocarril, Ginebra, 10 de enero de 1952; Convenio internacional para facilitar el paso de fronteras a mercader\u00edas transportadas por ferrocarril, Ginebra, 10 de enero de 1952; Acuerdo europeo sobre los principales ferrocarriles internacionales (AGC), Ginebra, 31 de mayo de 1985; Acuerdo sobre una red ferroviaria internacional en el Machrek \u00e1rabe, Beirut, 14 de abril de 2003; Convenio sobre la facilitaci\u00f3n de los procedimientos de cruce de fronteras para los pasajeros, el equipaje y el equipaje de carga transportados en el tr\u00e1fico internacional por ferrocarril, Ginebra, 22 de febrero de 2019) Nicol\u00e1s Escoriaza; en 1925 conced\u00eda al hijo del coronel del Tercio, Joaqu\u00edn Valenzuela, el t\u00edtulo de marqu\u00e9s de Valenzuela de Tahuarda, en memoria del padre de \u00e9ste, muerto en Marruecos en acci\u00f3n b\u00e9lica al frente de los Regulares. Los enlaces matrimoniales supusieron en ocasiones el ennoblecimiento de consortes con fortuna. Tal es el caso del empresario y pol\u00edtico zaragozano Tom\u00e1s Castellano y Echenique, casado con la marquesa de Jaral. Otros t\u00edtulos nobiliarios concedidos en este per\u00edodo, que podamos citar, son, por ejemplo, los de car\u00e1cter pontificio. As\u00ed, en 1895, Joaqu\u00edn Peirona es nombrado marqu\u00e9s de Urrea; o en 1902, el terrateniente ejeano Gaspar Castellano es nombrado conde de Castellano.<\/p>\n
El centro social de la nobleza aragonesa lo constituye la sede de la Real Maestranza de Caballer\u00eda de Zaragoza, en la que est\u00e1n integrados los miembros de \u00e9sta. [Real Maestranza de Caballer\u00eda: Fundada el 25-X-1819 a petici\u00f3n de la Cofrad\u00eda de Caballeros Aragoneses de San Jorge, de la que se tiene por sucesora. La Cofrad\u00eda data del siglo XVI y remonta sus m\u00e1s antiguos estatutos a los reinados de Juan I y de Fernando II de Arag\u00f3n; posteriormente reform\u00f3 su normativa en 1675. Reun\u00eda los individuos de los tres estados de la nobleza del reino de Arag\u00f3n bajo la direcci\u00f3n de tres clavarios, entre los que alternaba anualmente la presidencia, ejercitaban actos de piedad y organizaban Justas en las que deb\u00edan participar los cofrades hasta cumplir los cuarenta y cinco a\u00f1os. La Cofrad\u00eda tuvo su bandera propia, de tafet\u00e1n blanco con la efigie de San Jorge, y sus individuos llevaban bandas blancas de damasco o raso con la cruz roja t\u00edpica de su santo patr\u00f3n. La actual Real Maestranza inicia su vida oficial en 1819 y fue promovida por el rey Fernando VII Buscar voz… de Espa\u00f1a, IV de Arag\u00f3n, y sus ordenanzas se aprobaron en 1824. Deb\u00edan celebrar juegos de ca\u00f1as, sortijas y cintas para est\u00edmulo del arte de cabalgar. Celebraban dos corridas de toros al a\u00f1o para sufragar gastos corporativos. Entre los privilegios concedidos a los maestrantes estuvo el de gozar de fuero militar. En la actualidad, con reglamento modernizado, se contemplan pruebas para el ingreso de nuevos maestrantes seg\u00fan normativa de 1908, con la exigencia de llevar los cuatro primeros apellidos nobles e hidalgos y carecer de antepasados que hayan ejercido oficios viles ni mec\u00e1nicos ni tienda abierta, y deben poseer una renta m\u00ednima anual. Alfonso XIII concedi\u00f3 por armas a la Maestranza de Zaragoza una cruz griega con pernio de plata en campo azur, y como venera un rombo azul con una cruz blanca pendiente de cinta azul.]\n
Zaragoza acoge durante el primer tercio del [siglo XX] un n\u00facleo de alrededor de una treintena de casas nobiliarias. Una descripci\u00f3n de las residencias urbanas zaragozanas de este colectivo nobiliario nos la ofrece Jos\u00e9 Blasco Ijazo en \u00a1Aqu\u00ed… Zaragoza! (tomo V, Palacios y Casas solariegas, pp. 7-96, Zaragoza, 1954).<\/p>\n
Sin embargo, la mayor parte de los t\u00edtulos nobiliarios solariegos aragoneses de m\u00e1s a\u00f1ejo abolengo (Villahermosa, Luna, H\u00edjar, S\u00e1stago, Argillo y Morata, Ayerbe, etc.) o, incluso, parte de los recientes (Zaragoza, La Vi\u00f1aza, La Joyosa, etc.) residen fuera de la regi\u00f3n, en la capital del reino, Madrid; si bien durante los a\u00f1os de la II Rep\u00fablica, algunos de ellos escogen el dorado exilio franc\u00e9s (por ejemplo, en Biarritz, el duque de Luna…).<\/p>\n
En la nobleza aragonesa prima, ante todo, su car\u00e1cter terrateniente. Apenas encontramos vinculaciones de sus miembros con la burgues\u00eda financiera aut\u00f3ctona que, al influjo azucarero, se consolid\u00f3 en Arag\u00f3n durante las primeras d\u00e9cadas de nuestro siglo. Salvo escasas excepciones (Escoriaza y el marqu\u00e9s de Arlanza, ejemplos de nueva nobleza) este hecho est\u00e1 generalizado. A la altura de 1930, los mayores propietarios terratenientes aragoneses, en una regi\u00f3n de propiedad r\u00fastica dividida y con escasos latifundistas, son en gran parte miembros de la nobleza, item m\u00e1s, de la grandeza, propietarios como es l\u00f3gico absentistas. La provincia de Zaragoza \u2014seg\u00fan el Instituto de Reforma Agraria, con datos de 1934\u2014 con sus 51.234 hect\u00e1reas propiedad de la grandeza (el 9,3 % del total estatal de sus propiedades) era la segunda provincia espa\u00f1ola en este orden. Los dos primeros terratenientes aragoneses en los a\u00f1os treinta eran el duque de Luna y el conde de La Vi\u00f1aza, miembros de la grandeza (G. de E.) y con sendas propiedades en, al menos, media docena de municipios. Junto a ellos, en los doce primeros puestos aparecen el marqu\u00e9s de Montemuzo, el duque de Solferino (G. de E.), la baronesa de La Joyosa, el conde de S\u00e1stago (G. de E.), Luis P\u00e9rez-Cistu\u00e9 y Francisco de Silva y Goyeneche (caballeros estos dos \u00faltimos, respectivamente, de la Orden Militar de Malta y de la de Santiago).<\/p>\n