Características de la Flota de las Indias

Características de la Flota de las Indias en España en España

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Flota de las Indias Caracteristicas de la flota de las Indias (Historia)

El régimen comercial de monopolio establecido por España en su relación con el mercado americano, con la exclusión del comercio con extranjeros que no hubieran sido expresamente autorizados por la Casa de Contratación, aumentó los riesgos de la navegación por el Atlántico a los barcos españoles que transportaban productos en uno y otro sentido. Los numerosos ataques de piratas, bucaneros y corsarios de las potencias europeas provocaron la pérdida de importantes envíos a la península Ibérica y fueron la causa de la creación de escuadrones navales que funcionaron desde 1521, dedicados a acompañar a los barcos mercantes durante una gran parte de su travesía. A partir de 1526, se prohibió que estas naves viajaran sin protección y, en 1543, ya se estableció de forma obligatoria la organización de convoyes, que se debían formar cada dos años y navegar permanentemente escoltados. En 1564, este sistema se reguló concretando la formación de dos flotas que, con periodicidad anual, debían dirigirse a Nueva España y Tierra Firme, saliendo en los meses de enero y agosto.

Sevilla, centro del comercio con África, Portugal y las islas Canarias, fue desde 1503 el único puerto español autorizado como sede de todo el comercio con América, y el punto de partida y llegada de estas flotas. Sin embargo, las dificultades de la navegación por el Guadalquivir hasta su puerto hicieron que Sanlúcar de Barrameda y Cádiz fueran puntos de embarque y desembarque autorizados y controlados por los funcionarios de la Casa de Contratación. Entre 1522 y 1529, se incorporó a esta actividad el puerto de La Coruña y, a partir de 1525, se autorizó la relación comercial directa de las islas Canarias bajo la supervisión oficial. Entre 1529 y 1573, los puertos peninsulares de Cartagena, Málaga, Avilés (Asturias), Laredo (Cantabria), La Coruña, Bilbao y San Sebastián estuvieron abiertos al comercio con América, con la condición de que las naves que desde ellos partieran debían regresar a Sevilla, donde se haría el registro de sus cargamentos.

En el viaje a América, la flota de la Nueva España se dirigía a Veracruz (México) y la de Tierra Firme a Cartagena de Indias (Colombia), Nombre de Dios o Portobelo (Panamá). En el de regreso ambas coincidían en La Habana (Cuba), donde se reunían, y desde allí navegaban a España. El tiempo transcurrido entre el comienzo y el fin del viaje podía alcanzar los dos años. A lo largo de este periodo, las embarcaciones realizaban el trayecto que les llevaba desde Sevilla a Canarias y desde allí a la isla de Trinidad (en la actualidad, la mayor de las dos que componen Trinidad y Tobago); posteriormente cada flota se dirigía a sus destinos definitivos, en los que permanecían ancladas mientras se celebraban las ferias locales, donde se vendían los productos procedentes de Europa y se recogían los americanos, especialmente la plata.

La flota estaba formada por galeones construidos en el País Vasco, en Cantabria y en los astilleros americanos de Panamá, Cuba, Campeche, Maracaibo y Cartagena de Indias. En numerosas ocasiones, también se incorporaron barcos de fabricación europea. Su tonelaje varió mucho a lo largo del tiempo y podía oscilar entre las cien y las mil toneladas, cifra que en algunas ocasiones también se llegó a superar; su capacidad real a menudo estaba por encima de lo reglamentado por las disposiciones oficiales. La construcción era financiada en la mayoría de los casos a través del sistema de asiento, que consistía en un contrato que la administración estatal establecía con los particulares y por medio del cual éstos recibían un precio fijo por el barco y unas funciones públicas, que les permitían disfrutar de los mismos beneficios que los oficiales de la monarquía. Los propios comerciantes también contribuían a la financiación de los barcos dedicados a la protección de la flota con los fondos reunidos por el derecho de avería.

Se calcula que un 20% de los barcos que intervenían en la carrera de Indias (denominación que recibía este flujo de navegación entre la península Ibérica y las posesiones hispanas en América), no regresaban a su punto de partida a causa de los desperfectos que sufrían, siendo desguazados para vender los materiales o reservados para el comercio regional.

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Consideraciones Jurídicas y/o Políticas

Recursos

Notas y Referencias

  1. Información sobre flota de las indias caracteristicas de la flota de las indias de la Enciclopedia Encarta

Véase También

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