Cultura de Andalucía

Cultura de Andalucía en España

Lengua de Andalucía en Relación a Cultura

En este contexto, a efectos históricos puede ser de interés lo siguiente: [1] (Nota: esto es una continuación del texto sobre lengua de andalucía que se haya en otra parte de esta plataforma online). La pérdida de consonantes intervocálicas es otro hecho con el que el andaluz acentúa tendencias más o menos latentes en la lengua oficial; mientras que el castellano medio sólo tolera la desaparición de la -d- intervocálica en la terminación -ado, el andaluz la pierde entre cualquier clase de vocales: grand (granada), uhté (ustedes), subía (subida), deo (dedo), etc.; con menor regularidad se pierden también -b- y -g- en posición intervocálica: toíyo (tobillo), miaja (migaja), etc.; e incluso llega a perderse -r- en la misma posición: paece (parece). En posición final es general la pérdida de -s, hecho de extraordinaria importancia por su repercusión en el sistema morfo-fonológico. Tal pérdida determinó la igualación singular-plural; para marcar nuevamente la diferencia entre ambos puede acudirse a varios recursos: si el sustantivo empieza por vocal, el artículo que le precede puede unirse a él actuando como marca de plural; en otros casos la -s no desaparece por completo, sino que se transforma en una aspiración; por último, si la palabra empieza por consonante, y la -s ha desaparecido, surge un tipo de plural apofónico, a base de abertura de vocales, según se ha indicado. Las consonantes -d, -n, -1, -r finales también suelen desaparecer y, como era de esperar, los grupos consonánticos de carácter culto -gn-, -kt-, desaparecen o se simplifican.
Como consecuencia de todas estas transformaciones, el sistema fonológico del andaluz tiende a crear nuevas oposiciones de fonemas, desconocidas en castellano; pero estas nuevas oposiciones no suponen, en conjunto, un notable enriquecimiento del sistema, sino que, por el contrario, el sistema fonológico está en camino de empobrecimiento, dado que. la mayor parte de las oposiciones desaparecidas no han sido sustituidas. Mucho se ha hablado de la pereza articulatoria de los meridionales cuando se intenta explicar esta serie de igualaciones y pérdidas de consonantes; sin embargo, los hechos son más complejos y muchos de ellos encuentran paralelo en otras lenguas (francés, p. ej.) no meridionales, antiguas y modernas, para las que no podría hablarse de «pereza».
Morfosintaxis. Son frecuentes, sobre todo en la parte occidental, los cambios de género de ciertos sustantivos respecto al castellano; a veces el cambio no ha llegado a consolidarse, pero se aprecia un estado de vacilación. También en el occidente es habitual la sustitución de vosotros por ustedes, que tiene importantes repercusiones en el sistema verbal, haciendo inusitada la segunda persona del plural, que se identifica con la tercera. Pero, dado que es habitual la caída de -n y -s en posición final, resulta que los paradigmas del presente de indicativo quedan reducidos a las diferencias entre las personas yo-nosotros, frente a las otras cuatro formas, que se confunden en una. En el presente de subjuntivo la indiferenciación resulta mayor aún: sólo se distingue la persona nosotros frente a todas las demás:
Presente indicativo Presente subjuntivo
bengo benga
biene benga
biene benga benemo(h) bengamo(h) biene benga (o bengai)
biene benga
Para resolver esta «cadena de homonimias» se acude a los pronombres personales, que actúan como prefijos, h%cho similar a lo que ocurre en francés. Respecto al uso de los tiempos, existe una marcada preferencia por las formas compuestas (sobre todo en los perfectos). Son muy abundantes las construcciones perifrásticas del tipo voy a+infinitivo, tengo que+infinitivo, voy a ver si+infinitivo, etc., usadas con valor de presente y de futuro. El subjuntivo, igual que ocurre en castellano, tiende a ser cada vez menos frecuente.
Léxico. Quizá deban considerarse exageradas las palabras de Alcalá Venceslada, para quien el andaluz es dialecto sólo por su fonética pero no por el léxico, que es el más castellano de todas las regiones peninsulares. Pero tiene buena parte de razón, porque, en contra de lo que suele pensarse, el dialecto conserva relativamente pocos arabismos, mozarabismos, términos prerromanos, etcétera, aparte de los que tiene en común con el castellano, con quien -es cierto- presenta una coincidencia básica en este aspecto. Ahora bien, el andaluz ha conservado un gran caudal léxico del castellano clásico y preclásico que hoy ha desaparecido de la lengua oficial hablada e incluso de la escrita. Por eso, con cierto error de perspectiva, se habló del «andalucismo» de Cervantes y hoy se habla del «cervantismo» del andaluz (A. Llorente). Estos arcaísmos confieren al léxico andaluz un carácter arcaizante que contrasta con el innovador de su fonética. Existen también -en escasa proporción, como hemos señalado- términos prerromanos, arabismos y mozarabismos exclusivos o compartidos con otras regiones peninsulares no castellanas. Junto a éstas pueden señalarse otras fuentes léxicas: a) portuguesismos (sobre todo en la zona occidental limítrofe con Portugal y relacionada con este país por motivos geográficos); a veces los portuguesismos llegan hasta el oeste de Sevilla, Cádiz y Córdoba, e incluso se extienden por la costa hasta Almería; b) occidentalismos o leonesismos en toda la parte occidental de A.; c) aragonesismos y términos levantinos en la Andalucía oriental; d) creaciones típicas del dialecto, según sus tendencias, sobre la base común castellana; e) términos jergales y gitanismos dispersos por toda la región; f) marinerismos de muy distinta procedencia en la costa.
Semántica. Son todavía muy escasos los estudios semánticos concretos sobre dominios dialectales. El andaluz cuenta ya con un interesante estudio estructural sobre el campo semántico `arar’ y se preparan otros que, en su día, revelarán el funcionamiento semántico del dialecto. Muchos cambios de significado se encuentran en estado incipiente; otros aparecen más o menos consolidados y extendidos; algunos son comunes a toda la región; los más se hallan limitados a ciertas áreas. La especialización y la generalización léxica son dos fenómenos contrapuestos que se cruzan y actúan con extraordinaria fuerza y personalidad en el funcionamiento semántico del andaluz. La metáfora es una fuente inagotable de cambios semánticos que actúa no sólo en la lengua literaria, sino también, y sobre todo, en el habla popular: palabras como vestido, camisa, capucho, caja, casilla, etc., designan la `cascarilla del trigo’; penacho, veleta, bandera, moco, etc., la `flor del maíz’; madre abadesa, `abeja reina’, etc. La etimología popular juega un papel muy importante: miel `mies’, obeja `abeja’, bandío `terreno baldío’, por citar algún ejemplo. Como en todas las hablas populares, las «animalizaciones lingüísticas» están ampliamente representadas en el dialecto: borrego `gavilla’, pez `montón de trigo’, etc. Los cambios semánticos reseñados tienen valor limitado y se citan a modo de ejemplos de’tendeüciás que, surgiendo aquí y allá, pueden cuajar -y cuajarán en muchos casos- en auténticas cristalizaciones léxícas. La tendencia a la diferenciación en cualquier caso, respecto a la lengua oficial, es un hecho incuestionable. [rbts name=»cultura»]

Recursos

Notas y Referencias

  1. Basado parcialmente en el concepto y descripción sobre lengua de andalucía en la Enciclopedia Rialp (f. autorizada), Ediciones Rialp, 1991, Madrid, España

Véase También

Bibliografía

Andalucía ZA.AIORA, Dialectología española, 2 ed. Madrid 1967, 257-339; D. ALONSO y oTRos, Vocales andaluzas. Contribución al estudio de la fonología peninsular, «Nueva Rey. de Filología Hispánica» IV (1950) 209-230; Andalucía LLORENTE 11IALDONADO, Fonética y fonología andaluzas, «Rey. de Filología Española» XLV (1962) 227-240; M. ALVAR, Las hablas meridionales de España y su interés para la Lingüística comparada, «Rey. de Filología española» XXXIX (1955) 254-313; Andalucía M. ESPINOSA y RODRfGUEZ-CASTELLANO, La frontera del andaluz, «Rey. de Filología Española» XX (1933) 225-277; 61. ALVAR, Las encuestas del Atlas lingüístico de Andalucía, «Rey. de Dialectología y Tradiciones Populares» XI (1955) 231-247; fD, Estructura del léxico andaluz, «Bol. de Filología de la Universidad de Chile» XVI (1964) 5-12; íD, Portuguesismos en andaluz, «Weltoffene Romanistik. Festschrift Alwin Kuhn», Innsbruck 1963, 309-324; Andalucía ALCALÁ VENCESLADA, Vocabulario andaluz, Madrid 1951; M. ALVAR y Andalucía LLORENTE MALDONADO, Atlas lingüístico y etnográfico de Andalucía, Granada 1961; G. SALVADOR, El campo semántico ‘arar’ en Andalucía, «Archivum» XV (1965).

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