Nobleza Española

Nobleza Española en España en España

Aquí se ofrecen, respecto al derecho español, referencias cruzadas, comentarios y análisis sobre Nobleza Española. [aioseo_breadcrumbs][rtbs name=»derecho-home»]

Nobleza española en la Edad Contemporanea (Historia)

La crisis del Antiguo Régimen significó para la nobleza el fin formal de su carácter como grupo social privilegiado. Las medidas legislativas que se promulgaron en las etapas de gobierno liberal provocaron la desaparición de las diferencias estamentales, acabaron con la jurisdicción señorial, abolieron los mayorazgos y pusieron fin al régimen señorial. A pesar de ello, la alta nobleza conservó, y en ocasiones incrementó, sus patrimonios, aprovechando las desamortizaciones, y mantuvo su participación en la vida política. Asimismo, continuó teniendo un elevado prestigio social. Al lado de las viejas casas, surgieron nuevos nobles cuyos títulos reflejaban el carácter estrictamente honorífico y la clara dependencia del servicio real de la nobleza contemporánea. Durante el reinado de Isabel II (1833-1868), pero sobre todo en la etapa de la Restauración (1874-1930), se produjo un incremento numérico de la nobleza, ya que la monarquía premió con títulos a los militares que participaron con éxito en las Guerras Carlistas y, sobre todo, a partir de las dos últimas décadas del siglo XIX, a los representantes de la burguesía financiera, industriales y grandes comerciantes. Este proceso de ennoblecimiento burgués refleja el valor social que todavía representaba un título nobiliario. Más de la mitad de la nobleza existente a comienzos del siglo XX se había creado en el siglo anterior. En la actualidad, tras la restauración de la monarquía en la persona del rey Juan Carlos I en 1975 y la aprobación de la Constitución de 1978, el hecho de que no se haya restablecido la corte ha consolidado el carácter honorífico y escasamente representativo de los títulos de nobleza; sin embargo, perviven aún los descendientes de algunos de los grandes títulos creados en la baja edad media, varios de los cuales poseen importantes patrimonios. [1]

Consideraciones Jurídicas y/o Políticas

Nobleza española (Historia)

Nobleza española, grupo o clase social privilegiada, identificada originariamente por la realización de una función específica de índole militar, cuya actividad ha sido de indudable importancia en la historia de España, especialmente durante las edades media y moderna.

En la Historia Contemporánea en Aragón

La aportación de aragoneses a la nobleza contemporánea española constituye una nómina no muy numerosa, reflejo quizás del secundario papel aragonés desarrollado durante estos dos siglos en el ámbito estatal. Podemos distinguir, fundamentalmente, dos épocas en la concesión de títulos nobiliarios: el reinado isabelino (1833-1868) y la época de la Restauración (1874-1931). Durante el primer período destaca, entre otros, la concesión en 1838 de la baronía de la Joyosa, así como la concesión en 1848 del despacho de duque de Zaragoza, por el que se concedía la grandeza de España a los herederos del capitán general de Aragón José Rebolledo de Palafox y Melzi.

[Grandezas de España Aragonesas: Las grandezas de España como título español se origina en 1520 por Carlos I en Aquisgrán, con ocasión de su coronación como emperador de Alemania. El rey les tratará de «primos» (el resto de la nobleza sólo tendrá el tratamiento de «parientes»). El rey ordenará a los grandes de primera categoría (los anteriores a 1520) el privilegio de cubrirse antes de hablarle. Los grandes de segunda categoría, creados después de 1520, se cubrían después de haber hablado al rey. Muy parca la corona en reconocimiento de grandezas de España a títulos aragoneses: en Cortes de Monzón, Carlos I, en 1528, concedió la grandeza a ocho casas nobles aragonesas: las de Ribagorza, Sástago, Illueca, Ricla, Aranda Buscar voz…, Belchite, Fuentes Buscar voz… y Castro. Esta parquedad que contrasta con las grandezas concedidas a veinte casas de Castilla, se mantendrá en sucesivas concesiones: así, de setenta y dos marquesados españoles que ostentan grandeza, solamente ocho son aragoneses y no menos reducido es el número de las otorgadas a condes aragoneses.

Los marquesados aragoneses con grandeza son por orden cronológico de concesión: 1640, Camarasa, 1679, Campo Real; 1708, Coscojuela de Fantoba, 1721, Ariza; 1779, Ayerbe, 1875, Torrecilla, 1876, Roncali, y 1883, Bárboles. Los condados aragoneses con grandeza son: 1626, Aranda, 1707, Plasencia; 1708, Fuentes, 1723, Fuenclara, 1725, Atarés; 1726, Sástago, 1834, Samitier, 1857, Del Real; 1872, Santa Engracia; 1910, La Viñaza, y 1911, Alcubierre.]

De transición, siguiendo este esquema, podemos considerar, los nombramientos durante el reinado de Amadeo I del conde de la Viñaza (1872) a M. Muñoz y del marquesado de Arlanza (1874) a Francisco J. Higuera, capitán de infantería, diputado y senador.

Durante la Restauración, la lista se amplía notablemente. Alfonso XII concede al diplomático Fernando Jordán de Urriés, hijo de los marqueses de Ayerbe, el marquesado de Novallas. La regente María Cristina concede en 1890 el marquesado de La Cadena a María del Carmen Pratosí, esposa del abogado y político conservador Ramón de Lacadena y Lalaguna. En 1892, a otro hijo de los marqueses de Ayerbe, José Jordán de Urriés, el marquesado de Velilla de Ebro, y el vizcondado de Espés al hijo de los barones de Mora, el abogado Jesús Luis Franco de Espés. En 1898, concede el condado de Gabarda al coronel de caballería José Cavero y Cavero, nieto de los condes de Sobradiel. Ya en el siglo XX, Alfonso XIII nombró vizconde de Escoriaza al importante empresario ferroviario (existen varios acuerdos multilaterales internacionales bajo el auspicio de las Naciones Unidos en este ámbito: Convenio internacional para facilitar el paso de fronteras a pasajeros y equipajes transportados por ferrocarril, Ginebra, 10 de enero de 1952; Convenio internacional para facilitar el paso de fronteras a mercaderías transportadas por ferrocarril, Ginebra, 10 de enero de 1952; Acuerdo europeo sobre los principales ferrocarriles internacionales (AGC), Ginebra, 31 de mayo de 1985; Acuerdo sobre una red ferroviaria internacional en el Machrek árabe, Beirut, 14 de abril de 2003; Convenio sobre la facilitación de los procedimientos de cruce de fronteras para los pasajeros, el equipaje y el equipaje de carga transportados en el tráfico internacional por ferrocarril, Ginebra, 22 de febrero de 2019) Nicolás Escoriaza; en 1925 concedía al hijo del coronel del Tercio, Joaquín Valenzuela, el título de marqués de Valenzuela de Tahuarda, en memoria del padre de éste, muerto en Marruecos en acción bélica al frente de los Regulares. Los enlaces matrimoniales supusieron en ocasiones el ennoblecimiento de consortes con fortuna. Tal es el caso del empresario y político zaragozano Tomás Castellano y Echenique, casado con la marquesa de Jaral. Otros títulos nobiliarios concedidos en este período, que podamos citar, son, por ejemplo, los de carácter pontificio. Así, en 1895, Joaquín Peirona es nombrado marqués de Urrea; o en 1902, el terrateniente ejeano Gaspar Castellano es nombrado conde de Castellano.

El centro social de la nobleza aragonesa lo constituye la sede de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza, en la que están integrados los miembros de ésta. [Real Maestranza de Caballería: Fundada el 25-X-1819 a petición de la Cofradía de Caballeros Aragoneses de San Jorge, de la que se tiene por sucesora. La Cofradía data del siglo XVI y remonta sus más antiguos estatutos a los reinados de Juan I y de Fernando II de Aragón; posteriormente reformó su normativa en 1675. Reunía los individuos de los tres estados de la nobleza del reino de Aragón bajo la dirección de tres clavarios, entre los que alternaba anualmente la presidencia, ejercitaban actos de piedad y organizaban Justas en las que debían participar los cofrades hasta cumplir los cuarenta y cinco años. La Cofradía tuvo su bandera propia, de tafetán blanco con la efigie de San Jorge, y sus individuos llevaban bandas blancas de damasco o raso con la cruz roja típica de su santo patrón. La actual Real Maestranza inicia su vida oficial en 1819 y fue promovida por el rey Fernando VII Buscar voz… de España, IV de Aragón, y sus ordenanzas se aprobaron en 1824. Debían celebrar juegos de cañas, sortijas y cintas para estímulo del arte de cabalgar. Celebraban dos corridas de toros al año para sufragar gastos corporativos. Entre los privilegios concedidos a los maestrantes estuvo el de gozar de fuero militar. En la actualidad, con reglamento modernizado, se contemplan pruebas para el ingreso de nuevos maestrantes según normativa de 1908, con la exigencia de llevar los cuatro primeros apellidos nobles e hidalgos y carecer de antepasados que hayan ejercido oficios viles ni mecánicos ni tienda abierta, y deben poseer una renta mínima anual. Alfonso XIII concedió por armas a la Maestranza de Zaragoza una cruz griega con pernio de plata en campo azur, y como venera un rombo azul con una cruz blanca pendiente de cinta azul.]

Zaragoza acoge durante el primer tercio del [siglo XX] un núcleo de alrededor de una treintena de casas nobiliarias. Una descripción de las residencias urbanas zaragozanas de este colectivo nobiliario nos la ofrece José Blasco Ijazo en ¡Aquí… Zaragoza! (tomo V, Palacios y Casas solariegas, pp. 7-96, Zaragoza, 1954).

Sin embargo, la mayor parte de los títulos nobiliarios solariegos aragoneses de más añejo abolengo (Villahermosa, Luna, Híjar, Sástago, Argillo y Morata, Ayerbe, etc.) o, incluso, parte de los recientes (Zaragoza, La Viñaza, La Joyosa, etc.) residen fuera de la región, en la capital del reino, Madrid; si bien durante los años de la II República, algunos de ellos escogen el dorado exilio francés (por ejemplo, en Biarritz, el duque de Luna…).

En la nobleza aragonesa prima, ante todo, su carácter terrateniente. Apenas encontramos vinculaciones de sus miembros con la burguesía financiera autóctona que, al influjo azucarero, se consolidó en Aragón durante las primeras décadas de nuestro siglo. Salvo escasas excepciones (Escoriaza y el marqués de Arlanza, ejemplos de nueva nobleza) este hecho está generalizado. A la altura de 1930, los mayores propietarios terratenientes aragoneses, en una región de propiedad rústica dividida y con escasos latifundistas, son en gran parte miembros de la nobleza, item más, de la grandeza, propietarios como es lógico absentistas. La provincia de Zaragoza —según el Instituto de Reforma Agraria, con datos de 1934— con sus 51.234 hectáreas propiedad de la grandeza (el 9,3 % del total estatal de sus propiedades) era la segunda provincia española en este orden. Los dos primeros terratenientes aragoneses en los años treinta eran el duque de Luna y el conde de La Viñaza, miembros de la grandeza (G. de E.) y con sendas propiedades en, al menos, media docena de municipios. Junto a ellos, en los doce primeros puestos aparecen el marqués de Montemuzo, el duque de Solferino (G. de E.), la baronesa de La Joyosa, el conde de Sástago (G. de E.), Luis Pérez-Cistué y Francisco de Silva y Goyeneche (caballeros estos dos últimos, respectivamente, de la Orden Militar de Malta y de la de Santiago).

La legislación actual

Actualmente, un título nobiliario se adquiere por creación del Monarca o por las formas autorizadas por las leyes nobiliarias tales como la convalidación, sucesión, cesión, distribución, rehabilitación y autorización para designar sucesor y para cambiar la cabeza de línea. El Real Decreto de 27 de mayo de 1912 regula la concesión y rehabilitación de títulos y grandezas aunque algunos de sus artículos han sido derogados. Por su parte, el Real Decreto Legislativo 1/1993 de 24 de septiembre establece los derechos de sucesión que deben satisfacerse tanto por título con grandeza como por grandeza sin título o por cada título sin grandeza. De igual forma, existen modelos de instancia para la solicitud de las distintas dignidades nobiliarias tales como la solicitud de sucesión, cesión, rehabilitación, o la autorización para título extranjero entre otras. Finalmente, el Real Decreto 222/1988 de 11 de marzo establece que la rehabilitación de un título nobiliario se solicitará mediante instancia dirigida a su Majestad el Rey. A ésta, debe acompañarse entre otros documentos un árbol genealógico y un índice de los documentos de prueba firmado por el que suscribe la instancia.

Fuente: Gran Enciclopedia Aragonesa

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Recursos

Notas y Referencias

  1. Información sobre nobleza española de la Enciclopedia Encarta

Véase También

Bibliografía

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