Carlismo

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Carlismo (Historia)

Carlismo, movimiento sociopolítico español, derivado del pleito sucesorio sobrevenido a la muerte de Fernando VII, ocurrida el 29 de septiembre de 1833, que enfrentó a los partidarios de los derechos al trono de su hermano Carlos María Isidro de Borbón, con los de su hija Isabel II, heredera según la Pragmática Sanción que derogaba la Ley Sálica.

Visión General y Consideraciones sobre el Movimiento

Carlismo, un movimiento político español de carácter tradicionalista, originado en la década de 1820 en el partido apostólico o partido clerical extremo y movilizado en 1827 en forma de Voluntarios Realistas paramilitares. Esta oposición al liberalismo cristalizó en la década de 1830 en torno a la figura de Carlos María Isidro de Borbón (Don Carlos), hermano menor del rey Fernando VII, y posteriormente conde de Molina. Al reclamar el derecho a suceder a su hermano, don Carlos negó la validez de la sanción pragmática de Carlos IV de 1789, que luego fue utilizada por Fernando para asegurar la sucesión de su hija Isabela, nacida en 1830 (ver la información sobre la sanción pragmática del rey Fernando VII). En cambio, los carlistas invocaron la Ley Sálica de Sucesión, introducida en España por Felipe V en 1713, que excluía a las mujeres de la sucesión real.

La controvertida sucesión y sus connotaciones ideológicas provocaron la Guerra Carlista de 1833-39. Aunque los carlistas fueron derrotados, a partir de entonces defendieron su causa ante el régimen constitucional de Isabel y los intentos infructuosos de llevar a cabo una reconciliación dinástica a través de un matrimonio entre Isabel II y el heredero de don Carlos, don Carlos, conde de Montemolín. La reivindicación carlista pasó a esta última con la «abdicación» del «Rey Carlos V» en 1845. A la muerte del «Rey Carlos VI» (Montemolín) en 1861, el liderazgo de la causa fue asumido por su hermano Don Juan; su supuesto liberalismo provocó su «abdicación» en 1868 a favor de su hijo, Don Carlos, duque de Madrid, «Rey Carlos VII», quien dirigió el movimiento hasta su muerte en 1909. Durante el siglo XIX los carlistas recurrieron con frecuencia a la rebelión armada: una segunda guerra carlista se libró sin éxito a finales de la década de 1840, un intento fallido de golpe de Estado militar en 1860, y se reanudó la guerra a gran escala entre 1872 y 1876 durante las convulsiones políticas que siguieron a la deposición (1868) de Isabella II. Otra derrota más, y la restauración en 1874 del hijo de Isabella, Alfonso XII, trajo la decadencia del carlismo hasta que la humillación de España en la Guerra Hispano-Americana estimuló un nuevo crecimiento y un breve retorno a la insurgencia en 1900-02.

A partir de la década de 1880, la historia del partido se caracterizó por una serie de conflictos entre quienes abogaban por un entendimiento con otros partidos católicos que aceptaban el marco del liberalismo parlamentario (o con partidos que se resistían a la invasión del poder estatal centralizado) y aquellos para quienes la alianza táctica implicaba un debilitamiento de los principios. Este último punto de vista se expresó en la creación (1918) por Juan Vázquez de Mella del Partido Tradicionalista, que posteriormente se convirtió en el principal exponente del carlismo. En 1937 el general Francisco Franco la fusionó con la Falange, un partido con el que tenía poco en común.

El tercer Don Carlos, duque de Madrid, fue sucedido como pretendiente en 1909 por su único hijo, Don Jaime, duque de Madrid, en cuya muerte sin problemas en 1931 la sucesión pasó a su tío Don Alfonso Carlos, duque de San Jaime. Con la muerte de Alfonso en Viena el 29 de septiembre de 1936, la línea carlista se extinguió, aunque Alfonso había nombrado a su sucesor, Francisco Javier de Borbón-Parma (al estilo de Carlos IX por sus seguidores en España). En 1960, sin embargo, la mayoría de los carlistas habían aceptado el reconocimiento dado en 1958 por miembros prominentes de su partido al hijo del rey Alfonso XIII, Don Juan, conde de Barcelona, un crítico abierto de Franco, como legítimo pretendiente al trono. En julio de 1969 Franco nombró a Juan Carlos, príncipe de Asturias e hijo de Don Juan, su heredero legal. A la muerte de Franco en 1975 Juan Carlos se convirtió en rey.

Carlos María Isidro de Borbón, conde de Molina

También llamado Don Carlos (nacido el 29 de marzo de 1788 en Madrid, España, fallecido el 10 de marzo de 1855 en Trieste, Imperio Austríaco [ahora en Italia]), el primer pretendiente carlista al trono español (como Carlos V) y el segundo hijo superviviente del rey Carlos IV (ver también sobre los orígenes del Carlismo).

Don Carlos fue encarcelado en la Francia napoleónica de 1808 a 1814. Durante el período de gobierno liberal (1820-23) estuvo involucrado en una serie de conspiraciones contra el régimen, y en la década que siguió a la restauración del absolutismo (siglos XVII y XVIII en Europa; véase también la información respecto a la historia del derecho natural) (1823-33) participó en complots para imponer una línea implacablemente dura a su hermano Fernando VII. La decisión de Fernando de revocar la Ley Sálica de Sucesión para permitir que su hija menor, Isabel, sucediera en el trono, provocó que Don Carlos se opusiera abiertamente, alegando que él era el heredero legítimo. Debido a que los liberales españoles apoyaron el reclamo de Isabella, Don Carlos se convirtió en el candidato de los clérigos, afirmando que él representaba las verdaderas tradiciones de la monarquía, la iglesia y las libertades regionales contra las innovaciones extranjeras del constitucionalismo liberal y la centralización.
Fue a Portugal en marzo de 1833 para encontrarse con su cuñado Dom Miguel, el pretendiente al trono portugués, y, como consecuencia de la guerra civil, fue separado de España cuando Fernando VII murió en septiembre de 1833. Don Carlos pudo regresar a España, donde sus partidarios lo proclamaron rey como Carlos V, sólo vía Inglaterra, y no fue hasta julio de 1834 que se puso a la cabeza de sus partidarios en las provincias vascas. Tomás de Zumalacárregui, su comandante en jefe, era un general de genio, pero la falta de juicio de Don Carlos impidió cualquier solución temprana a la Primera Guerra Carlista. Tras la muerte de Zumalacárregui en 1835 y el fracaso de los carlistas en tomar Bilbao, la iniciativa pasó cada vez más a los liberales. Cuando, en agosto de 1839, el general carlista Rafael Maroto firmó la Convención de Vergara, por la que los liberales reconocieron los privilegios legales vascos, la mayoría de los combates cesaron y Don Carlos se exilió. Renunció a sus pretensiones en 1845, tomando el título de conde de Molina, con la vana esperanza de que su hijo Carlos Luis de Borbón pudiera sanar la brecha dentro de la familia borbónica casándose con Isabel II.

Ramón Cabrera y Griñó

Ramón Cabrera y Griñó, alias «El Tigre del Maestrazgo», (nacido el 27 de diciembre de 1806 en Tortosa, España, fallecido el 24 de mayo de 1877, Wentworth, Surrey, Ing.), influyente general carlista español durante la Primera y Segunda Guerra Carlista (1833-39, 1846-49). Más tarde se convirtió en una de las figuras más controvertidas del partido carlista.

De niño, Cabrera fue enviado al seminario de Tortosa, donde se le aconsejó que se convirtiera en soldado y no en sacerdote. Después de la muerte de Fernando VII en 1833, los que apoyaban la reivindicación del trono del hermano de Fernando, Don Carlos, contra la de la hija de Fernando, Isabel II, se levantaron en rebelión. Cabrera se convirtió en un destacado insurgente, participando en conspiraciones carlistas y pronto dominando las bandas carlistas en Cataluña. Inspiró terror por su crueldad implacable, que llegó a su clímax después de que los liberales mataran a su madre en 1836.

Cabrera obtuvo varias victorias notables, entre ellas la de Morella (1838), por la que obtuvo el título de conde de Morella. Cabrera se negó a reconocer la Convención de Vergara (1839), que puso fin a la guerra en las provincias vascas, pero en 1840 se retiró con 10.000 soldados sobre la frontera francesa. En el exilio, primero en Francia y luego en Inglaterra, se opuso a la «abdicación» (1845) de Carlos a favor de su hijo, el conde de Montemolín. De 1848 a 1849 Cabrera volvió a mandar tropas carlistas en las montañas de Cataluña, pero fue derrotado y exiliado de nuevo a Francia. En 1850 se casó con una protestante inglesa, Marianne Catherine Richards, y se estableció en Virginia Water, en las afueras de Londres. Poco a poco fue abogando por la propagación pacífica de las opiniones carlistas en lugar de la militar. Cabrera fue expulsado de los carlistas por una asamblea celebrada en Vevey, Suiza, en 1870, y reconoció al legítimo rey español, Alfonso XII, en 1875.

Tomás de Zumalacárregui y de Imaz

Tomás de Zumalacárregui y de Imaz, (nacido el 29 de diciembre de 1788 en Ormáiztegui, España, fallecido el 24 de junio de 1835 en Cegama), táctico militar español y el soldado más brillante para luchar por Don Carlos, un tradicionalista borbónico aspirante al trono español, en la Primera Guerra Carlista (1833-1839).

Zumalacárregui abandonó sus estudios de derecho en 1808 para luchar contra los franceses en la Guerra de la Independencia española, en la que ascendió al rango de capitán. Sus simpatías realistas y sus profundas convicciones religiosas, sin embargo, lo hicieron impopular y bloquearon su ascenso hasta después de 1823, cuando fue nombrado coronel y gobernador militar de El Ferrol (al que se le añadirá «del Caudillo»).

Zumalacárregui se unió a los carlistas en diciembre de 1833. Organizador enérgico, emprendió la unificación y la disciplina de un ejército carlista en Navarra y en las provincias vascas (en el norte de España). Luego se embarcó en una victoriosa campaña militar marcada por la brutalidad de ambos bandos. En el apogeo de su éxito, Zumalacárregui fue ordenado, en contra de su buen juicio, a asediar el puerto marítimo del norte de Bilbao, donde la atención médica incompetente por una herida menor lo llevó a la muerte.

Autor: Black

El carlismo: desde mediados del siglo XIX hasta finales del siglo XX (Historia)

Frustradas las expectativas del Sexenio Democrático que transcurrió desde 1868 hasta 1874 —periodo durante el cual la principal aportación ideológica del carlismo fue la carta-manifiesto del proclamado Carlos VII, en 1869, que promulgaba la unidad religiosa, la descentralización administrativa y el proteccionismo económico—, el fracaso bélico en la tercera Guerra Carlista (1872-1876) y el inicio del periodo que dio en llamarse Restauración (por producirse ésta en la línea dinástica de la Casa de Borbón que seguía a la descendencia de Isabel II) se tradujeron en un debilitamiento progresivo del carlismo. Debido a ello, en 1888 tuvo lugar una primera escisión protagonizada por Ramón Nocedal (hijo del dirigente carlista Cándido Nocedal) y por elementos integristas fundadores del Partido Católico Nacional. La germanofilia del dirigente Juan Vázquez de Mella durante la I Guerra Mundial provocó un nuevo cisma en el movimiento (entonces llamado también jaimismo, por ser Jaime III el nombre del titular dinástico) y el paso de los disidentes al Partido Católico Tradicionalista, creado en 1919.

Proclamada la II República en 1931, la figura del pretendiente Alfonso Carlos I propició una nueva fusión de los principales elementos ultraconservadores en el Partido Tradicionalista Carlista, que culminó en 1937, ya iniciada la Guerra Civil, con la fusión con Falange Española bajo la denominación de Falange Española Tradicionalista y de las JONS (FET y de las JONS), el partido único encabezado por el general Francisco Franco. El apoyo de los requetés (tropas carlistas) al bando franquista durante la Guerra Civil enlazó, liquidada la contienda, con sus concentraciones anuales en la emblemática montaña de Montejurra (Navarra) y el definitivo ocaso del carlismo tras la muerte de Francisco Franco y el inicio del proceso de transición española a la democracia, punto final de una larga historia de disidencia social y marginación política. [1]

Los pretendientes carlistas (Historia)

Los pretendientes carlistas han sido, hasta 1980 (año en que el último de ellos, perteneciente al sector mayoritario del carlismo, renunció a las reivindicaciones dinásticas de la rama): Carlos María Isidro de Borbón (Carlos V en la titulación carlista: 1833-1845), quien abdicó en su hijo Carlos de Borbón y de Braganza, conde de Montemolín (Carlos VI: 1845-1861), sucedido por su hermano Juan Carlos de Borbón y de Braganza, conde de Montizón (Juan III: 1861-1868), el cual abdicó en su hijo Carlos Luis de Borbón y de Austria-Este, duque de Madrid (Carlos VII: 1868-1909), a quien sucedió su hijo Jaime de Borbón y de Borbón, duque de Madrid (Jaime III: 1909-1931), sucedido por su tío Alfonso Carlos de Borbón y Austria-Este, duque de San Jaime (Alfonso Carlos I: 1931-1936), tras cuyo fallecimiento se produjo un problema sucesorio de difícil solución que llevó a la designación, en 1957, por parte del sector mayoritario del carlismo —tras elegir algunos de los principales dirigentes del carlismo a Juan de Borbón y Battenberg, conde de Barcelona y padre del futuro rey de España, Juan Carlos I—, de Javier Borbón-Parma, sucedido en 1975 por su hijo Carlos Hugo de Borbón-Parma, quien, en 1980, renunció al ejercicio de la política y a las reivindicaciones dinásticas de la rama carlista.[2]

Consideraciones Jurídicas y/o Políticas

Recursos

Notas y Referencias

  1. Información sobre carlismo los pretendientes carlistas de la Enciclopedia Encarta
  2. Información sobre carlismo el carlismo: desde mediados del siglo xix hasta finales del siglo xx de la Enciclopedia Encarta

Véase También

Bibliografía

Otra Información en relación a Carlismo

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