Constitución de la Segunda República

Constitución de la Segunda República en España en España

[rtbs name=»derecho-home»]

La Mujer en la Constitución de la Segunda República

Ideas Básicas

La situación permanece invariable hasta la publicación de la Constitución de la Segunda República española de 9 de diciembre de 1931. En ella se da un giro y se sienta como principio a desarrollar la igualdad entre ambos sexos. Así señalaba su artículo 25 que el sexo no podía ser fundamento de ningún privilegio jurídico, al mismo tiempo que se consideraban ciertos aspectos particulares: la regulación del trabajo femenino y la protección a la maternidad, la afirmación de que el matrimonio se basaba en la igualdad de sexos y la admisibilidad a los empleos y cargos públicos de todos los españoles, según mérito y capacidad y sin distinción de sexo.

3 comentarios en «Constitución de la Segunda República»

  1. La segunda República debía solventar durante su corto periodo, a juicio de este historiador, tres problemas históricos que no llegó a resolver: la posición de la Iglesia católica en la nueva democracia republicana, la cuestión agraria y el contencioso de la autonomía regional. ¿Cuáles eran los criterios de Ramos respecto a los mismos y por qué causas cree que no se resolvieron?. Para Ramos Oliveira existía una íntima relación entre la fallida “revolución burguesa” en España y la postura de la burguesía catalana, que prefirió lanzarse a la vía del secesionismo en lugar de inmiscuirse en la política nacional española y llevar a cabo la revolución burguesa a nivel nacional. La clase media catalana que, en opinión de Ramos, debía haber sido revolucionaria, no lo fue porque desvió su interés hacia una finalidad destructiva, la secesionista. Ni los catalanistas ni los propugnadores de la independencia vasca estuvieron a la altura de las necesidades del momento. Ramos responsabiliza a la burguesía catalana (en menor grado a la vasca), con su nacionalismo regional, de que en España se hubiera frustrado en el siglo XIX la revolución burguesa (y al mismo tiempo, la solución del problema agrario, fundamental para el país) y en el XX la Segunda República, porque en 1931 el poder debía haber tenido “un enérgico ademán unificador y centralizador”, pero las presiones catalana y vasca desbarataron esta intención condenando así a la República al fracaso. En el caso de la necesaria reforma eclesiástica, se desatendió el momento preciso, a principios de la República, para consensuar las reformas, y más tarde solo fue posible avanzar en este sector contra la iglesia, lo que enfrento’ al poder civil con el eclesiástico.

    Responder
  2. La República antepuso el problema clerical a la cuestión agraria, con la que perdió apoyo entre la clase media y ganó preterición entre la clase obrera. La cuestión clave, según el historiador, era eminentemente política: o la República aniquilaba la oligarquía o la oligarquía aniquilaba a la República. No había problema nacional que no admitiera más demora que el agrario-financiero. ¿Cree usted, con Oliveira, que al no solucionarlo la República estaba abocada al desastre final o esta hipótesis es demasiado reduccionista?

    Según Ramos, los políticos de la Segunda República prestaron una atención inusitada al problema eclesiástico (que consideraron, equivocadamente, el más importante de la República), cuando debían haberse ocupado ante todo de la reforma agraria. El historiador estaba convencido de que la mayor responsabilidad de la Guerra Civil se debía a la confianza en el parlamentarismo burgués. El régimen parlamentario era inadecuado para realizar las reformas necesarias para que España se salvara. La Guerra Civil solo se podría haber evitado si la República hubiera avanzado decididamente en su programa de reformas; pero al abortarse la revolución, insistía, su destino estaba irremediablemente decidido. Hubiera sido necesaria una dictadura proletaria para combatir la política “agrario-financiera”. Si bien muchas citas verbales de Ramos parecen adjudicar toda la responsabilidad de la Guerra Civil a la falta de solución del “problema clave” de la República, el agrario, hay muchas otras citas del autor que no corroboran la adjudicación de responsabilidades para el fracaso de la República al problema agrario de manera tan estricta y unidimensional como algunas veces lo parece. Repetidas veces, en su análisis el autor onubense era flexible en su argumentación, corrigiendo él mismo su supuesto exclusivismo argumentativo. Pero en términos generales, el miedo de las clases medias de llevar a cabo una “revolución” (absolutamente necesaria) fue una especie de leitmotiv interpretativo de Ramos Oliveira para toda la fase republicana.

    Responder
  3. La República antepuso el problema clerical a la cuestión agraria, con la que perdió apoyo entre la clase media y ganó preterición entre la clase obrera. La cuestión clave, según el historiador, era eminentemente política: o la República aniquilaba la oligarquía o la oligarquía aniquilaba a la República. No había problema nacional que no admitiera más demora que el agrario-financiero. ¿Cree usted, con Oliveira, que al no solucionarlo la República estaba abocada al desastre final o esta hipótesis es demasiado reduccionista?

    Según Ramos, los políticos de la Segunda República prestaron una atención inusitada al problema eclesiástico (que consideraron, equivocadamente, el más importante de la República), cuando debían haberse ocupado ante todo de la reforma agraria. El historiador estaba convencido de que la mayor responsabilidad de la Guerra Civil se debía a la confianza en el parlamentarismo burgués. El régimen parlamentario era inadecuado para realizar las reformas necesarias para que España se salvara. La Guerra Civil solo se podría haber evitado si la República hubiera avanzado decididamente en su programa de reformas; pero al abortarse la revolución, insistía, su destino estaba irremediablemente decidido. Hubiera sido necesaria una dictadura proletaria para combatir la política “agrario-financiera”. Si bien muchas citas verbales de Ramos parecen adjudicar toda la responsabilidad de la Guerra Civil a la falta de solución del “problema clave” de la República, el agrario, hay muchas otras citas del autor que no corroboran la adjudicación de responsabilidades para el fracaso de la República al problema agrario de manera tan estricta y unidimensional como algunas veces lo parece. Repetidas veces, en su análisis el autor onubense era flexible en su argumentación, corrigiendo él mismo su supuesto exclusivismo argumentativo. Pero en términos generales, el miedo de las clases medias de llevar a cabo una “revolución” (absolutamente necesaria) fue una especie de leitmotiv interpretativo de Ramos Oliveira para toda la fase republicana.

    Responder

Deja un comentario