Falange Española

Falange Española en España en España

Aquí se ofrecen, respecto al derecho español, referencias cruzadas, comentarios y análisis sobre Falange Española. [aioseo_breadcrumbs][rtbs name=»derecho-home»]

Falange Española (Historia)

Falange Española, partido político español fundado en 1933, durante la II República, que tres años después proporcionó las bases ideológicas originales al régimen dictatorial del general Francisco Franco.

Otra Información en relación a Falange Española

Falange Española La Guerra Civil (Historia)

FE de las JONS no obtuvo ningún escaño en las elecciones de febrero de 1936 que dieron el triunfo a la coalición de organizaciones de izquierda denominada Frente Popular. El gobierno surgido de esos comicios la declaró ilegal y sus principales líderes, entre ellos el propio José Antonio, fueron encarcelados. Desde la cárcel, Primo de Rivera ordenó a sus seguidores la participación en el «alzamiento» que trajo consigo en julio de ese año el estallido de la Guerra Civil. El 16 de julio fueron detenidos muchos falangistas que circulaban de noche por las calles de Madrid. El 17 estalló la rebelión y el 18 los falangistas se pusieron a disposición de los sublevados en distintos lugares, como en Sevilla, en Granada, en diversas localidades de Galicia o en Madrid. Los falangistas de Toledo se encerraron en el Alcázar, los de Burgos y Valladolid se dirigieron con las tropas insurrectas hacia la sierra madrileña. Una buena muestra de la vinculación falangista con la insurrección militar es el hecho de que el 20 de julio fuera un miembro del partido, Juan Antonio Ansaldo, quien pilotara el avión que traía a España al general José Sanjurjo, designado el 17 de julio para encabezar la sublevación militar, y que se estrelló poco después de su despegue.

La situación de los falangistas era, sin embargo, muy débil. Sus principales líderes estaban encarcelados o eran fusilados en la zona republicana. En la zona sublevada, Onésimo Redondo falleció el 24 de julio en un oscuro episodio cuando se enfrentaba en la provincia de Segovia a soldados republicanos. No pocos pensaban que en realidad estaban apoyando el regreso a la monarquía o a una dictadura militar. Pero el general Franco, principal dirigente militar y político de los sublevados, intuyó que FE de las JONS podía suministrar la base ideológica a su rebelión. Y el 19 de enero de 1937, en un discurso que le preparó su cuñado Ramón Serrano Súñer, se manifestó como un nacionalsindicalista. Mientras tanto, Manuel Hedilla había sido elegido sucesor de José Antonio (fusilado en noviembre de ese año). Pero Franco decidió la integración de todos los grupos políticos (sobre todo falangistas y carlistas) en una única organización.

Todo se precipitó cuando varios falangistas asaltaron la sede del partido en Salamanca para exigir la dimisión de Hedilla, resultado de lo cual hubo dos muertos. En consecuencia, el 19 de abril de 1937 Franco promulgó el decreto integrador (el denominado Decreto de Unificación) por medio del cual se creaba Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (FET y de las JONS), de la que el general y máximo dirigente de los sublevados se constituiría en jefe único. Hedilla se opuso, pero fue condenado a muerte y, tras recibir el indulto, encarcelado.

[1]

Consideraciones Jurídicas y/o Políticas

Falange Española

Exposición que realiza la enciclopedia Rialp sobre falange española:

Orígenes

El 29 oct. 1933, José Antonio Primo de Rivera (véase esta voz en la enciclopedia) funda públicamente Falange Española con el acto celebrado en el Teatro de la Comedia de Madrid. Falange Española surgió no como partido político, sino más bien como un antipartido o un movimiento que no era ni de derechas ni de izquierdas (v. DERECHAS E IZQUIERDAS). Pretendía ser y estar por encima de los intereses de grupo y de clase. Falange Española habría de ser el movimiento que creara un Estado nuevo, Estado que debería ser el instrumento eficaz, autoritario, al servicio de una unidad indiscutible, permanente e irrevocable, llamada patria, cuyo concepto se presentó como unidad de destino.

Más Detalles

La fundación de Falange Española constituye un acontecimiento histórico del más alto interés en el país, no sólo por lo que representó en aquella época de la segunda República española, sino también porque su doctrina habría de ser la la que impregnara de contenido ideológico al Estado español que surgió del Alzamiento Nacional. Falange Española fue regida por José Antonio Primo de Rivera, julio Ruiz de Alda y Alfonso García Valdecasas.

Más Detalles

El movimiento falangista, por su sentido total de patria y del Estado que había de servirla, enunció unas exigencias: que todos los pueblos de España, por diversos que fueran, sintieran la irrevocabilidad del común destino histórico; la desaparición de los partidos políticos; un mayor respeto a la libertad profunda del hombre, como portador de valores eternos; que todos sintiéranse miembros de una comunidad seria y completa; que todo hombre pudiera ganarse con su trabajo una vida humana, justa y digna; que el espíritu religioso fuera respetado y amparado, sin que el Estado se inmiscuyera ni compartiera funciones que no le competen; que España recobrara resueltamente el sentido universal de su cultura y de su historia. En 1934 ve la luz el semanario «FE», como órgano de incidencia en la opinión pública.

Independientemente, en 13 jun. 1931, Onésimo Redondo (véase esta voz en la enciclopedia) había fundado en Valladolid «Libertad». Sus consignas eran: «Por España grande, por España verdaderamente libre, a la lucha». Su dialéctica coincidía con la del «Manifiesto». En agosto de 1931, bajo la jefatura de Onésimo Redondo, nacieron las juntas Castellanas de Acción Hispánica. En octubre inmediato posterior tuvo también lugar la fundación de las juntas Ofensivas Nacional Sindicalista (JONS), de perfiles netamente sindicales, cuyo líder era Ramiro Ledesma Ramos (véase esta voz en la enciclopedia). Las JONS integraron los elementos de las juntas Castellanas de Acción Hispánica y crearon los gritos de acción y de lucha política: «España una, grande y libre» y «por la Patria, el pan y la justicia», y tuvieron una influencia decisiva en la formación de la doctrina y de la mística del nacionalsindicalismo (véase esta voz en la enciclopedia). Su órgano de difusión fue la revista «JONS».

Más Detalles

F. E. y las JONS fueron dos movimientos similares que surgieron impregnados de un mismo estado de espíritu ético y patético, de raíces intelectuales comunes, de profunda raigambre hispánica. Inmediatamente se establecieron entre ambas contactos que cristalizaron, el 13 feb. 1934, en su fusión. La nueva entidad política se denominó «F. E. y de las JONS» y estuvo regida por el triunvirato Primo de Rivera, Ruiz de Alda y Ledesma Ramos (véase esta voz en la enciclopedia). Las JONS aportaron al nuevo ente el haz, el yugo y las flechas, la enseña roja y negra y sus consignas, además de la revista y su organización. Falange Española aportó la doctrina fundamental del Estado y el grito de « ¡Arriba España! ». El 4 mar. 1934 se proclamó públicamente, en el Teatro Calderón de ‘Valladolid, la nueva entidad política que, posteriormente, celebraría su primer Consejo Nacional (5 oct. 1934), en el que sería elegido jefe nacional José Antonio Primo de Rivera, y en el que se establecería, además, el uso de la camisa azul como distintivo de la nueva organización. José Antonio Primo de Rivera, como jefe nacional de Falange Española y de las JONS, concretaría las posiciones doctrinales del movimiento político, enunciando los llamados 27 puntos programáticos, en los que se expuso la posición clara y tajante del nacionalsindicalismo en la política española.

Doctrina

La doctrina del movimiento político Falange Española y de las JONS fue plasmada en los 26 puntos (originariamente 27) de la llamada «Norma programát
ica de la Falange», que José Antonio Primo de Rivera redactó en noviembre de 1934. El sentido revolucionario del movimiento nacionalsindicalista está hondamente matizado por un sentimiento de justicia social que se opone decididamente a todos los privilegios y arbitrariedades clasistas que, como lógica consecuencia, se proyecta en una concepción de carácter economicosocial. Sentido y espíritu revolucionario, cuyo motor es ese doble aspecto de lo nacional y de lo social, en un afán de encender una fe netamente española ante la trágica situación de la política (segundo bienio de la república, años 1933-34).

Más Detalles

El nacionalsindicalismo, al revalorizar el Estado, aspiraba a unificar sus destinos con los del hombre, no en una fusión panteísta de idéntica sustancia, sino haciendo que la voluntad y libertad del hombre, como afirma Legaz, se objetiven en la institución de un Estado que esté al servicio precisamente de la patria, que sea un factor creador de una comunidad última entre. los españoles, que dé un sentido permanente a la aportación histórica del español, como español y como hombre.

Más Detalles

El nacionalsindicalismo fue, desde que surgió a la vida pública, la expresión política de un movimiento español. Concebía al Estado, no como Estado totalitario en sí, sino como instrumento totalitario al servicio de la integridad nacional. El nacionalsindicalismo, al postular esa unidad necesaria de carácter moral en todo el pueblo español, como aspiración que habría de lograr la forja homogénea de su devenir histórico, siempre repudió la destrucción de toda diversidad fecunda. El Estado que se intuyó, si bien habría de intervenir apaciguando los conflictos sociales, jamás pretendió asumir la declaración de un orden moral propio. De ahí que el propio José Antonio Primo de Rivera en cuantas ocasiones tuvo, afirmara rotundamente: «todos saben que mienten cuando dicen que nosotros somos una copia del fascismo italiano, que no somos católicos y que no somos españoles», «el fascismo tiene una serie de accidentes externos intercambiables que no queremos para nada asumir», «Falange Española no es un movimiento fascista», o «el fascismo más nos perjudica que nos favorece», precisamente porque el Estado que concibió no podía ser totalitario. Y no podía ser totalitario, tampoco en lo formal, porque el movimiento le señaló anticipadamente sus límites en la Norma programática.(No obstante, muchos consideran, con cierta razón, que es un movimiento de corte fascista)

Más Detalles

La organización sindical única, tampoco inspirada en el modelo fascista, que establecía sindicatos horizontales de base (v. FASCISMO), la concepción del sindicato vertical que integra la producción por ciclos completos, su organización con tal finalidad, es también otro límite que se impone al Estado, en cuanto que se le ciñe al cumplimiento de las funciones esenciales del poder y se le descarga, no ya el arbitraje, sino la regulación completa en muchos aspectos económicos que habría de asumir esta organización sindical.

Más Detalles

El nacionalsindicalismo sobrestima la revalorización del individuo y preconiza para ello la fortaleza o el poder instrumental que el Estado representa, no para absorberle -como preconizaban las doctrinas totalitarias-, sino para que la reorganización económica que se propugna consiga que se incorporen al disfrute, de esos mismos bienes económicos, esas masas desarraigadas que tradicionalmente fueron explotadas. La posición del hombre ante el Estado tampoco es individualista, es precisamente humanista, ya que en razón a su condición de hombre llega al Estado, no a través de la vieja mecánica de los partidos, sino de las asociaciones naturales, de las sociedades espontáneas: la familia, el municipio y el sindicato.

Más Detalles

El 19 abr. 1937, mediante el Decreto de unificación, se fundió en un solo movimiento a la Falange Española y de las JONS con la Comunión Tradicionalista (FET y de las JONS) y cuyo Movimiento se convertiría así en objetivo del nuevo Estado, e inspiraría el Fuero del Trabajo de 9 mar. 1938, consagrándose en la Ley de Principios Fundamentales del Movimiento de 17 mayo 1958, institucionalizándose en la Ley Orgánica del Estado, de 10 en. 1967. (Se ha considerado por muchos autores que el Franquismo acabó traicionando al falangismo). Ver: NACIONALSINDICALISMO; Jose Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia.

Falange Española en Relación a Política

En este contexto, a efectos históricos puede ser de interés lo siguiente: [1]

Origen

El 29 oct. 1933, José Antonio Primo de Rivera (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general) funda públicamente Falange Española con el acto celebrado en el Teatro de la Comedia de Madrid. Falange Española surgió no como partido político, sino más bien como un antipartido o un movimiento que no era ni de derechas ni de izquierdas (véase en la presente referencia sobre España lo siguiente: DERECHAS E IZQUIERDAS). Pretendía ser y estar por encima de los intereses de grupo y de clase. Falange Española habría de ser el movimiento que creara un Estado nuevo, Estado que debería ser el instrumento eficaz, autoritario, al servicio de una unidad indiscutible, permanente e irrevocable, llamada patria, cuyo concepto se presentó como unidad de destino.
La fundación de Falange Española constituye un acontecimiento histórico del más alto interés, no sólo por lo que representó en aquella época de la segunda República española, sino también porque su doctrina habría de ser la la que impregnara de contenido ideológico al Estado español que surgió del Alzamiento Nacional. Falange Española fue regida por José Antonio Primo de Rivera, julio Ruiz de Alda y Alfonso García Valdecasas.
El movimiento falangista, por su sentido total de patria y del Estado que había de servirla, enunció unas exigencias: que todos los pueblos de España, por diversos que fueran, sintieran la irrevocabilidad del común destino histórico; la desaparición de los partidos políticos; un mayor respeto a la libertad profunda del hombre, como portador de valores eternos; que todos sintiéranse miembros de una comunidad seria y completa; que todo hombre pudiera ganarse con su trabajo una vida humana, justa y digna; que el espíritu religioso fuera respetado y amparado, sin que el Estado se inmiscuyera ni compartiera funciones que no le competen; que España recobrara resueltamente el sentido universal de su cultura y de su historia. En 1934 ve la luz el semanario «FE», como órgano de incidencia en la opinión pública.
Independientemente, en 13 jun. 1931, Onésimo Redondo (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general) había fundado en Valladolid «Libertad». Sus consignas eran: «Por España grande, por España verdaderamente libre, a la lucha». Su dialéctica coincidía con la del «Manifiesto». En agosto de 1931, bajo la jefatura de Onésimo Redondo, nacieron las juntas Castellanas de Acción Hispánica. En octubre inmediato posterior tuvo también lugar la fundación de las juntas Ofensivas Nacional Sindicalista (JONS), de perfiles netamente sindicales, cuyo líder era Ramiro Ledesma Ramos (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general). Las JONS integraron los elementos de las juntas Castellanas de Acción Hispánica y crearon los gritos de acción y de lucha política: «España una, grande y libre» y «por la Patria, el pan y la justicia», y tuvieron una influencia decisiva en la formación de la doctrina y de la mística del nacionalsindicalismo (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general). Su órgano de difusión fue la revista «JONS».
Falange Española y las JONS fueron dos movimientos similares que surgieron impregnados de un mismo estado de espíritu ético y patético, de raíces intelectuales comunes, de profunda raigambre hispánica. Inmediatamente se establecieron entre ambas contactos que cristalizaron, el 13 feb. 1934, en su fusión. La nueva entidad política se denominó «Falange Española y de las JONS» y estuvo regida por el triunvirato Primo de Rivera, Ruiz de Alda y Ledesma Ramos (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general). Las JONS aportaron al nuevo ente el haz, el yugo y las flechas, la enseña roja y negra y sus consignas, además de la revista y su organización. Falange Española aportó la doctrina fundamental del Estado y el grito de « ¡Arriba España! ». El 4 mar. 1934 se proclamó públicamente, en el Teatro Calderón de ‘Valladolid, la nueva entidad política que, posteriormente, celebraría su primer Consejo Nacional (5 oct. 1934), en el que sería elegido jefe nacional José Antonio Primo de Rivera, y en el que se establecería, además, el uso de la camisa azul como distintivo de la nueva organización. José Antonio Primo de Rivera, como jefe nacional de Falange Española y de las JONS, concretaría las posiciones doctrinales del movimiento político, enunciando los llamados 27 puntos programáticos, en los que se expuso la posición clara y tajante del nacionalsindicalismo en la política española.
Doctrina. La doctrina del movimiento político Falange Española y de las JONS fue plasmada en los 26 puntos (originariamente 27) de la llamada «Norma programática de la Falange», que José Antonio Primo de Rivera redactó en noviembre de 1934. El sentido revolucionario del movimiento nacionalsindicalista está hondamente matizado por un sentimiento de justicia social que se opone decididamente a todos los privilegios y arbitrariedades clasistas que, como lógica consecuencia, se proyecta en una concepción de carácter economicosocial. Sentido y espíritu revolucionario, cuyo motor es ese doble aspecto de lo nacional y de lo social, en un afán de encender una fe netamente española ante la trágica situación de la política (segundo bienio de la república, años 1933-34).
El nacionalsindicalismo, al revalorizar el Estado, aspiraba a unificar sus destinos con los del hombre, no en una fusión panteísta de idéntica sustancia, sino haciendo que la voluntad y libertad del hombre, como afirma Legaz, se objetiven en la institución de un Estado que esté al servicio precisamente de la patria, que sea un factor creador de una comunidad última entre. los españoles, que dé un sentido permanente a la aportación histórica del español, como español y como hombre.
El nacionalsindicalismo fue, desde que surgió a la vida pública, la expresión política de un movimiento español. Concebía al Estado, no como Estado totalitario en sí, sino como instrumento totalitario al servicio de la integridad nacional. El nacionalsindicalismo, al postular esa unidad necesaria de carácter moral en todo el pueblo español, como aspiración que habría de lograr la forja homogénea de su devenir histórico, siempre repudió la destrucción de toda diversidad fecunda. El Estado que se intuyó, si bien habría de intervenir apaciguando los conflictos sociales, jamás pretendió asumir la declaración de un orden moral propio. De ahí que el propio José Antonio Primo de Rivera en cuantas ocasiones tuvo, afirmara rotundamente: «todos saben que mienten cuando dicen que nosotros somos una copia del fascismo italiano, que no somos católicos y que no somos españoles», «el fascismo tiene una serie de accidentes externos intercambiables que no queremos para nada asumir», «Falange Española no es un movimiento fascista», o «el fascismo más nos perjudica que nos favorece», precisamente porque el Estado que concibió no podía ser totalitario. Y no podía ser totalitario, tampoco en lo formal, porque el movimiento le señaló anticipadamente sus límites en la Norma programática.
La organización sindical única, tampoco inspirada en el modelo fascista, que establecía sindicatos horizontales de base (véase en la presente referencia sobre España lo siguiente: FASCISMO), la concepción del sindicato vertical que integra la producción por ciclos completos, su organización con tal finalidad, es también otro límite que se impone al Estado, en cuanto que se le ciñe al cumplimiento de las funciones esenciales del poder y se le descarga, no ya el arbitraje, sino la regulación completa en muchos aspectos económicos que habría de asumir esta organización sindical.
El nacionalsindicalismo sobrestima la revalorización del individuo y preconiza para ello la fortaleza o el poder instrumental que el Estado representa, no para absorberle -como preconizaban las doctrinas totalitarias-, sino para que la reorganización económica que se propugna consiga que se incorporen al disfrute, de esos mismos bienes económicos, esas masas desarraigadas que tradicionalmente fueron explotadas. La posición del hombre ante el Estado tampoco es individualista, es precisamente humanista, ya que en razón a su condición de hombre llega al Estado, no a través de la vieja mecánica de los partidos, sino de las asociaciones naturales, de las sociedades espontáneas: la familia, el municipio y el sindicato.
El 19 abr. 1937, mediante el Decreto de unificación, se fundió en un solo movimiento a la Falange Española y de las JONS con la Comunión Tradicionalista (FET y de las JONS) y cuyo Movimiento se convertiría así en objetivo del nuevo Estado, e inspiraría el Fuero del Trabajo de 9 mar. 1938, consagrándose en la Ley de Principios Fundamentales del Movimiento de 17 mayo 1958, institucionalizándose en la Ley Orgánica del Estado, de 10 en. 1967.
V. t.: NACIONALSINDICALISMO; PRIMO DE RIVERA Y SÁENZ DE HEREDIA, losÉ ANTONIO.[rbts name=»politica»]

Recursos

Notas y Referencias

  1. Basado parcialmente en el concepto y descripción sobre falange española en la Enciclopedia Rialp (f. autorizada), Editorial Rialp, 1991, Madrid

Véase También

Bibliografía

J. A. PRIMO DE RIVERA, Obras completas, recopilación cronológica de A. DEL Río CISNEROS, Madrid 1954; A. DEL Río CISNEROS, José Antonio y la Revolución Nacional, Madrid 1968; J. L. ARRESE, Misión de la Falange, Madrid 1945; R. SÁNCHEZ MAZAS, Fundación, Hermandad y Destino (Memoria de la Falange), Madrid 1957; L. LEGAZ Y LACAMBRA, Introducción a la teoría del Estado Nacionalsindicalista, Barcelona 1940; M. MoRENO HERNÁNDEz, El Nacional-sindicalismo de Ramiro Ledesma Ramos, Madrid 1963; L. MENDIZÁBAL OsÉs, Política institucional, «Seminarios» 30, Madrid 1960; R. GARCíA BEINER, Necesidad histórica de la Revolución Nacionalsindicalista (Su nacimiento, evolución y palpitante valor actual), Madrid 1952.

Recursos

Bibliografía

j. a. Primo de Rivera, Obras Completas, Recopilación Cronológica de a. del Río Cisneros, Madrid 1954; a. del Río Cisneros, José Antonio y la Revolución Nacional, Madrid 1968; j. l. Arrese, Misión de la Falange, Madrid 1945; r. Sánchez Mazas, Fundación, Hermandad y Destino (memoria de la Falange), Madrid 1957; l. Legaz y Lacambra, Introducción a la Teoría del Estado Nacionalsindicalista, Barcelona 1940; m. Moreno Hernández, el Nacional-sindicalismo de Ramiro Ledesma Ramos, Madrid 1963; l. Mendizábal Osés, Política Institucional, «seminarios» 30, Madrid 1960; r. García Beiner, Necesidad Histórica de la Revolución Nacionalsindicalista (su Nacimiento, Evolución y Palpitante Valor Actual), Madrid 1952.

Recursos

Notas y Referencias

  1. Información sobre falange española la guerra civil de la Enciclopedia Encarta

Véase También

Otra Información en relación a Falange Española La Guerra Civil

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