Historia de Asturias

Historia de Asturias en España

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Historia de Asturias en Relación a Historia

En este contexto, a efectos históricos puede ser de interés lo siguiente: [1] Poco se sabe de los primitivos pobladores de esta región, que llegarían a ella en tiempos remotos, pero lo que sí se puede afirmar es que ya en el Auriñaciense existían núcleos humanos que dejaron como testimonios de gran valor las pinturas de las cuevas del Pindal y San Román de Candamo, verdaderas obras maestras del arte paleolítico (véase en la presente referencia sobre España lo siguiente: ASTURCÁNTABRA, REGIÓN; ASTURIENSE). Los primeros pobladores históricos son los astures (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general), de los que Asturias toma nombre, y que citan Estrabón, Plinio y Ptolomeo, aunque sin uniformidad de criterio a la hora de precisar sus orígenes. Sin embargo, se puede afirmar que eran celtas; habitaban viviendas del tipo de los castros gallegos y casas de planta circular; se dedicaban al pastoreo y a la agricultura, y sus instituciones se basaban en ciertas concepciones matriarcales. Parece ser que el origen de su nomenclatura viene del río Astura, que se puede identificar con el Esla, en cuyas orillas estaba Asturiga (Astorga), la ciudad de mayor importancia.
En el 29 Asturias C. los astures, ya fuertemente iberizados, y los cántabros defienden su independencia (véase en la presente referencia sobre España lo siguiente: CÁNTABROS II), presentando una tenaz resistencia a los ejércitos de Augusto, el cual tuvo que dirigir personalmente las operaciones militares encaminadas a someter a estas tribus y pacificar la región, lo que no se consiguió hasta el 19 Asturias C. Administrativamente, Asturias formó parte de la España Citerior, quedando incluida luego en la Tarraconense (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general) y, por último, durante Diocleciano, en los territorios de la Gallaecia. Con la llegada de los pueblos bárbaros y el fin del Imperio romano de Occidente, Asturias es invadida y ocupada por los suevos (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general), gentes germanas que penetran junto con los vándalos y alanos hacia el 409, y que forma un reino independiente durante siglo y medio.
La Reconquista. En el 711, Asturias fue de nuevo foco de independencia ante la llegada a la península Ibérica de los musulmanes. Los visigodos, derrotados en la batalla de Guadalete (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general), se replegaron hacia el norte, y algunos nobles y parte de la población se refugiaron en las montañas asturianas, zona de fácil defensa. Allí, en el 718, es elegido caudillo de la resistencia cristiana D. Pelayo (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general), quien al mando de una escasa hueste obtiene el primer triunfo de la Reconquista en Covadonga (722). A partir de este momento, se forma el reino asturiano (véase en la presente referencia sobre España lo siguiente: ASTURIAS, REINO DE) que fue el foco de la colosal empresa de la Reconquista española. Casi 300 años después, en el s. x, se traslada la capital (que en un principio había sido Gangas de Onís y después Oviedo) a León, dando lugar al inicio del reino asturleonés o simplemente leonés (véase en la presente referencia sobre España lo siguiente: LEÓN, REINO DE), como se le conoce, quedando Asturias convertida en provincia de este reino.
La Monarquía asturiana, considerándose heredera de la visigoda, con la misma autoridad en economía y administración, protegió la incipiente reorganización de la Iglesia, colaborando en la fundación de sedes episcopales como las de Astorga, Coria, Zamora, Osma, Oporto, etc., y favoreció intensamente la repoblación, la cual adquirió en ocasiones carácter de colonización de signo monástico, destacando los monasterios de Valdediós, Liébana, Celanova, Cardeña y La Cogolla. Al mismo tiempo, sus relaciones extrapeninsulares hicieron que maestros lombardos, inspiraciones normandas y recuerdos mozárabes llegados de tierras de moros, se fusionaran en Asturias y dieran origen a un arte personalísimo en la Alta Edad Media (véase en la presente referencia sobre España lo siguiente: ASTURIANO, ARTE). La unión definitiva del reino asturleonés a Castilla tuvo lugar con Fernando III el Santo (123052) y, dada la importancia de Asturias en el inicio de la Reconquista, en las Cortes de Palencia (1388), en tiempos de Juan I, se acordó que el título de Príncipe de Asturias sería llevado por los herederos de la corona.
El triunfo de la burguesía. Durante toda la Edad Moderna, Asturias permanece alejada del escenario histórico, relegada a un papel secundario. Sin embargo, a finales del s. xvin surge en Gijón un movimiento burgués en íntima relación con la pequeña nobleza ilustrada, de la que fue cabeza rectora Melchor Gaspar de Jovellanos (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general). En este momento, Asturias sigue siendo aún una zona de economía agrícola y ganadera como nos lo refleja expresivamente el Censo de frutos y manufacturas de 1779: agricultura, 60%; ganadería, 33%; minería, 0,5%, e industria, 6,5%. El P. Feijoo (véase, si se desea, más sobre este último termino en la plataforma general) corrobora esta condición de región agrícola y ganadera, en donde existe un gran número de hidalgos, en los siguientes términos: «En estas tierras no hay gentes más hambrientas ni más desabrigadas que los labradores… Ellos aran, ellos siegan, ellos trillan y después de hechas las labores les viene otra fatiga nueva, y la más sensible de todas, que es conducir los frutos, o el valor de ellos, a las casas de los poderosos, dejando en las propias la consorte y los hijos llenos de tristeza y bañados de lágrimas». Poco después, se pondría de nuevo a prueba el sentimiento patriótico y de independencia de los asturianos, cuando, con motivo de la invasión francesa (véase en la presente referencia sobre España lo siguiente: INDEPENDENCIA, GUERRA DE LA), resurge la región de su aletargamiento anterior y se convierte en un importante foco antinapoleónico. Prontamente se organiza una Junta de resistencia que solicita ayuda a Inglaterra, llegándose a crear hasta 20 regimientos de línea que no sólo contribuyen a la defensa de la propia provincia, sino que extienden su acción a territorios vecinos. Así, en mayo de 1809, las fuerzas realistas consiguen expulsar de Asturias al ejército francés y, como reconocimiento al heroísmo del pueblo asturiano, se crea en 1815 la Cruz de Asturias, condecoración que, en torno a la cruz del Principado, lleva la inscripción «Asturias nunca vencida». En el resurgimiento económico de España, en la segunda mitad del s. XIX, Asturias ocupa un papel trascendental por la riqueza minera de su subsuelo, origen de la aparición de las primeras industrias pesadas que desde entonces hacen de la zona una de las de mayor envergadura económica de la nación (véase en la presente referencia sobre España lo siguiente: II).
El problema sociopolítico. El gran desarrollo industrial trajo como consecuencia inmediata la formación de una masa proletaria de mineros y obreros que influyó enormemente en los acontecimientos de los s. XIX y XX. Además, la existencia de grandes empresas capitalistas junto a densos núcleos obreros, que por sus precarias condiciones estuvieron muy pronto politizados, hizo que los conflictos sociales en Asturias adquiriesen una especial virulencia, de manera que en todos los hechos revolucionarios del s. xx marcha a la cabeza.
Esta inestabilidad políticosocial culmina con la revolución de octubre de 1934, cuando, coincidiendo con la huelga general decretada por la UGT y la proclamación de la República Federal Catalana, las fuerzas extremistas de Asturias inician en Sama y Mieres un alzamiento que concluye con la proclamación de la República Socialista (véase en la presente referencia sobre España lo siguiente: REPÚBLICA ESPAÑOLA, SEGUNDA). En cada localidad, se estableció un Comité encargado de la seguridad del vecindario y de suministrar víveres a la población, colaborando estrechamente con los distintos sindicatos y partidos obreros. La revolución de Asturias adquirió rápidamente caracteres de verdadera guerra y más de 50.000 mineros, controlados en su mayor parte por la UGT, formaron un «ejército rojo» que llegó a apoderarse no sólo de edificios públicos, sino incluso de las fábricas de Trubia y La Vega, quedando en pocos días toda Asturias en manos de una masa incontrolada en la que se confundían un afán explicable de justicia social y una salvaje sed de destrucción y venganza, de la que es ejemplo la voladura de la Cámara Santa de la catedral de Oviedo que llevaron a cabo los dinamiteros. Para poner fin a tan lamentables sucesos, el Gobierno republicano de Madrid hubo de recurrir al empleo de grandes contingentes militares y, más aún, a trasladar desde Marruecos a Asturias fuerzas de la Legión y de los Regulares. El general Yagüe desembarcó en Gijón, ocupando esta ciudad y, a continuación, Oviedo. Ante el empuje militar, el dirigente socialista Belarmino Tomás concertó la rendición con el general López Ochoa, con la condición de que las tropas moras no fueran las primeras en penetrar en los pueblos mineros. Tras esto, se restableció el orden, cuya consecución había costado 3.000 muertos, 7.000 heridos y pérdidas materiales y artísticas de incalculable valor.
El Movimiento Nacional. Pese a todo, la inestabilidad política continuó latente en Asturias y la crisis revolucionaria se reprodujo, en idénticos términos a los de 1934, al estallar el Movimiento Nacional en 1936 (véase en la presente referencia sobre España lo siguiente: GUERRA ESPAÑOLA). El coronel Aranda, jefe de la guarnición de Oviedo, consiguió adueñarse de la ciudad (que fue la única de la región no adicta a la causa republicana) y mantenerse firme allí, resistiendo el insistente asedio del ejército rojo. Por otra parte, en Gijón, ciudad bombardeada frecuentemente por el crucero Almirante Cerrera, el líder socialista Belarmino Tomás gobernó auxiliado de un comité unitario de anarquistas, comunistas y socialistas, mientras las minas eran dirigidas por un Consejo integrado por técnicos representantes del Estado y delegados obreros. En oct. 1937, las fuerzas nacionales, al mando de Aranda y Solchaga, se adueñaron de Gijón, de la que huyeron los jefes comunistas, quedando así dominada en Asturias la resistencia republicana, de la que en las montañas permanecieron algunas guerrillas.
En la posguerra, Asturias siguió siendo una importante región económica del país por su industria, con una densa población obrera que continuó como activo foco de conflictos laborales y movimientos huelguísticos; destacaron los de 1962, 1963 y 1969, que obligaron a la importación de grandes cantidades de carbón. Muerto el general Franco en 1975, se instaura un nuevo Estado en el que el 11 en. 1982 Asturias se constituye en Comunidad Autónoma (véase en la presente referencia sobre España lo siguiente: ESPAÑA IV) con capital en Oviedo.[rbts name=»historia»]

Recursos

Notas y Referencias

  1. Basado parcialmente en el concepto y descripción sobre historia de asturias en la Enciclopedia Rialp (f. autorizada), Editorial Rialp, 1991, Madrid

Véase También

Bibliografía

C. CABAL, La Asturias que venció Roma, Madrid 1953; Asturias C. FLORIANO, Estudios de la Historia de Asturias, El territorio y la Monarquía en la Alta Edad Media, Madrid 1962; J. GARCíA PRADO, Historia del alzamiento, guerra y revolución de Asturias, 18041814, Madrid 1953; G. LápEz OCHOA, Campaña militar de Asturias en 1934, Madrid 1936; M. VILLAR (IGNOTUS), El anarquismo en la insurrección de Asturias, La CNT y la FAZ en octubre de 1934, Barcelona 1935; O PÉREZ SOLÍS, Sitio y defensa de Oviedo, Valladolid 1938; F. HERRERO, Asturias, el Estatuto de Autonomía, Oviedo 1983.

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